Miércoles, 11 de mayo de 2016 | Hoy
19:56
Opinión, por Daniel Gollan
A esta altura, a fuer de ridícula, comienza a ser irritante la estrategia del gobierno nacional de achacar a la gestión anterior las terribles consecuencias de sus políticas neoliberales. Pero la mentira y la distracción grotesca con que los medios hegemónicos de comunicación someten diariamente a la población tienen patas cortas. En todos los aspectos de la vida cotidiana de los argentinos es así y en salud, en particular. No será mintiendo que se podrá mejorar la salud y, en tanto vaya corriendo el tiempo, se irá agotando el recurso de echarle la culpa a quien ya no gobierna. Porque será lo que será, pero la única realidad es que, aun reconociendo falencias y aspectos para mejorar, hasta el 10 de diciembre las cosas funcionaban mucho mejor para toda la población en términos de respuesta del sistema sanitario, tanto a nivel de la promoción y difusión, la prevención, la asistencia y la rehabilitación. ¿Qué “herencia recibida” puede justificar no socorrer a los inundados, quitar cobertura de medicamentos y prestaciones a los jubilados, desmantelar o debilitar programas nacionales como los de maternidad e infancia, salud sexual y reproductiva, VIH-Sida, Qunita, salud bucal (Argentina Sonríe), Remediar, salud mental, de Chagas y otras enfermedades de transmisión vectorial, entre otros? ¿Qué “herencia” puede haber determinado que las autoridades del Ministerio de Salud dejaran de financiar a los 667 becarios que actuaban en el territorio realizando tareas de difusión y prevención del dengue, o la decisión de no generar en el ámbito del Consejo Federal de Salud un dispositivo mucho más potente de intervención ante la epidemia, tal cual se venía preparando en las tres reuniones de ese organismo que se realizaron durante 2015? ¿Es por la “pesada herencia” que este gobierno limitó las funciones de las 19 bases operativas, redujo drásticamente el volumen de fumigación que había alcanzado las 3900 hectáreas por hora, y puso en desuso la moderna y renovada maquinaria adquirida hasta 2015? ¿Es por eso que frenó la acción de todos los dispositivos territoriales, de acción comunitaria, intersectoriales, con universidades, FF.AA., etc? Desde el año 2009 hasta el 2015, el dengue ocupó un lugar prioritario en la agenda del Ministerio de Salud, tal como testimonian la enorme cantidad de acciones sanitarias llevadas a cabo, todas debidamente documentadas. Fueron precisamente el abandono y la desarticulación de esas acciones a partir del 10 de diciembre las causas de no poder dar una respuesta mucho más eficaz al avance de esa enfermedad registrado desde febrero de 2016. Ahora se acerca el invierno y junto con el frío, el aumento de las infecciones respiratorias agudas. Las IRAB, como se las denomina, y entre ellas la bronquiolitis, están entre las principales causas de mortalidad posneonatal. En el período 2003-2013, la cantidad de niños muertos por infecciones respiratorias agudas bajó el 45 por ciento, producto del mejoramiento de las condiciones de vida de la población y de las múltiples acciones sanitarias específicas implementadas en ese período. Esperemos que los actuales responsables gubernamentales continúen mejorando “esta pesada herencia” y se pongan a gobernar de una vez por todas con medidas a favor de la salud de los argentinos.
Exministro de Salud de la Nación.
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