La titular de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo se negó a declarar ante el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi, quien se presentó en la sede de la organización de derechos humanos para tomarle declaración indagatoria en el marco de la causa "Sueños Compartidos", en la que Hebe de Bonafini ni siquiera está imputada. La dirigente reiteró que "no tengo miedo de ir presa", cuestionó al "90 por ciento" de los magistrados, que responden al poder de turno".

"Si hubieran existido jueces probos y honestos, yo no estaría en esta situación", remarcó la dirigente luego de concretar el trámite judicial iniciado la semana pasada con un despliegue policial y mediático inusitado. Reivindicó como un "acto político" su negativa a declarar el jueves pasado y reiteró que la propia Asociación fue la que entregó al juez "las pruebas para condenar a los Schoklender (por Sergio y Pablo) y a toda la banda que armaron".

De todos modos, lamentó que las Madres "tenemos que pagar los insumos que no se pagaron porque se quedaron con la plata" y admitió que tampoco recibieron su dinero "los trabajadores, 6 mil que había, que nos están haciendo juicio a las Madres en vez de hacérselo a los Schoklender".

"Me siento muy feliz de que la gente tenga casas. Hemos hecho 21 hospitales y una cantidad enorme de escuelas. En Santiago del Estero hasta hicimos un barrio con baños para discapacitados", declaró y reiteró que no tiene "miedo de ir presa".

Por último, Hebe dijo que esperaba que, al final del proceso, "las madres quedemos exentas de pagar las deudas" generadas por los hermanos Schoklender, y afirmó que "volvería a construir casas para el pueblo".