La abultada diferencia entre el pedido de condenas del fiscal Raúl Perotti y los querellantes -la familia de las víctimas y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)- se debió a que el funcionario judicial tomó en cuenta la ley vigente al momento de los hechos, con pena máxima de 25 años, mientras los segundos consignaron la normativa actual, con 50 años de tope.

Luego de escuchar los alegatos el "Turco Julián" debió retirarse de la sala escuchando los gritos de "asesino" e insultos que le proferían desde el público, en tanto a las puertas de los tribunales federales unos 200 manifestantes exigían justicia y escuchaban a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El juicio pasó a cuarto intermedio hasta el jueves, a las 10, cuando Simón deberá volver al banquillo por el secuestro, el 27 de noviembre de 1978, del matrimonio integrado por José Poblete, de nacionalidad chilena, y Mercedes Hlaczik, y la apropiación de la hija de la pareja, Claudia Victoria, de ocho meses. La niña se crió con un militar con nombre falso, pero recuperó su identidad a los 22 años.

La abogada Alcira Ríos, representante de las familias Poblete y Hlaczik, sostuvo que en las audiencias quedó demostrado que Simón "tenía el dominio total y absoluto de lo que pasaba en El Olimpo" -uno de los más emblemáticos centros clandestinos de detención-, agregó, "porque Simón decía que era la casa de Dios y ellos eran los dioses".

La abogada del CELS, Carolina Varsky, dio acreditado por las pruebas y testimonios reunidos que Simón "a Poblete le quitó la silla de ruedas y las piernas ortopédicas; le aplicó picana eléctrica; le obligó a mantener relaciones homosexuales e hizo pelear a golpes con otro detenido, en una suerte de circo romano dentro de El Olimpo".

El fiscal Perotti también refirió que "se demostró la saña del imputado al obligar a Poblete a tener sexo oral y a pelear con otro detenido", así como con Gertrudis Hlaczik, según indicó, pasó otro tanto pero "con un detenido con el que fue obligada a compartir la celda".

Para el funcionario del Ministerio Público "Simón integraba el grupo de tareas 1" de la represión ilegal, que dependía del Regimiento Patricios del Primer Cuerpo de Ejército, y en consecuencia "actuaba como el dueño de El Olimpo" y sólo "de vez en cuando recibía la visita de los jefes administrativos".

Perotti se mostró convencido luego de la etapa de prueba en este juicio que "el cruel destino que le cupo al matrimonio Poblete" fue "el traslado" en algún avión militar que los arrojó al mar y definió que "la solución final es la muerte".

Tanto la querella como el fiscal acusaron a Simón como autor de los delitos de "privación ilegal de la libertad en dos oportunidades", "torturas agravadas por tratarse de perseguidos políticos", y "sustracción, retención y ocultamiento de una menor de 10 años de edad".

Poblete trabajaba de tornero en la fábrica Alpargatas. Quedó discapacitado porque a los 16 años en Chile lo atropelló un tren y debía usar piernas ortopédicas. En Buenos Aires fundó el Frente de Lisiados Peronistas y con su mujer militaban en la agrupación "Cristianos para la Liberación".

La familia vivía en Guernica y luego del secuestro fue a parar a "El Olimpo", que funcionaba en la División Sustracción Automotores de la Policía Federal, en Falcón y Lacarra, del barrio porteño de Flores.

A Claudia Victoria la separaron a los dos días de sus padres, a quienes los engañaron diciéndoles que la mandaban con los abuelos. Pero fue entregada al militar Ceferino Landa y a su esposa, Mercedes Moreira, que la inscribieron como hija propia y fueron condenados por sustracción de menor y sustitución de identidad.

Fuente: DYN