El operativo, con "ocupación y saturación" del centro de la ciudad, comenzó a las 0 de hoy con la presencia de efectivos a caballo que rastrillaron un perímetro de cinco cuadras por lado, limitando el acceso a la zona y cortando incluso la circulación de vehículos.

La ocupación policial se mantuvo durante toda la jornada y fue reforzada a medida que comenzaban a llegar los vendedores ambulantes, quienes manifestaron ruidosamente y realizaron piquetes, pero sin llegar a producir disturbios, aunque hubo insultos y forcejeos aislados.

Por momentos, los comerciantes bajaron las persianas de los negocios habilitados, pero la mayor parte del tiempo estuvieron entreabiertos, aunque con poco público.

La medida policial fue dispuesta en cumplimiento de una orden de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, que decidió la erradicación de los puestos callejeros en los que se vendía ropa, copias clandestinas de CD y de películas, regalos varios y juguetes.

Las autoridades municipales dispusieron que los vendedores ambulantes se instalen en puesto de venta especialmente dispuestos en la zona de "El Bajo", pero ese nuevo emplazamiento era resistido, argumentando que perderían ventas porque es un lugar poco concurrido.

El gobernador José Alperovich calculó que la erradicación absoluta de los vendedores ambulantes tendrá una demora de 6 a 8 meses y dijo que se llevará a cabo mediante un trabajo progresivo y por sectores del centro, hasta tanto no quede ni uno en esa zona.

El mandatario resaltó que está dispuesto a ayudar económicamente a esos trabajadores, incluso con el alquiler de galerías cerradas, pero con la condición de que abandonen las calles.

El subsecretario de Gobierno de la Municipalidad, Walter Berarducci, justificó la medida represiva y resaltó que "la voluntad política es firme, porque queremos una ciudad distinta que contenga a todos los ciudadanos y no solo a un grupo".

En cambio, el titular del Sindicato de Vendedores Ambulantes, Luis Lobo, anunció que los desalojados seguirán reclamando hasta que Alperovich los reciba, se comprometa a alquilar dos locales en el microcentro para su reubicación y admita que se queden tres puestos por cuadra.

"Nosotros tenemos que llevar el pan a nuestras casas, así que vamos a vender. Tenemos la certeza y la seguridad de que nos vamos a sentar a dialogar con el gobernador para llegar a un resultado feliz", manifestó.