Roberto Uriarte dijo a medios del Alto Valle que el colgante de arcilla, madera e hilo que le mostraron en sede judicial "es igual al que se había hecho Otoño, tiempo atrás".

A pesar de esto para la justicia falta el resultado de las pruebas de ADN y el caso está caratulado como "hallazgo de restos óseos no identificados".

De todas formas el padre de Otoño y toda su familia aguardarán los resultados finales de los análisis de tejidos que fueron encargados al laboratorio de la facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.

Ayer por la tarde la jueza Alejandra Berenguer, acompañada por peritos de Gendarmería Nacional, realizó un nuevo peritaje de reconocimiento en la zona de la esclusa del canal de riego, donde las aguas entran a una turbina de generación eléctrica.

Desde el Departamento Provincial de Aguas (DPA) se ratificó que no hubo, en los días posteriores a la desaparición de Otoño, el 23 de octubre último, ningún pedido judicial para que se vaciara ese tramo del acueducto y que esa tarea se podría haber realizado sin dificultades.

En este clima de dudas acerca de la efectividad de las tareas de investigación para dar con la joven, bajo la responsabilidad de la jueza María del Carmen García García, por las calles de la localidad de Fernández Oro se efectuó anoche una nueva marcha de silencio.

Durante la demostración popular no hubo disturbios y los manifestantes coincidieron en reclamar un pronto esclarecimiento del caso.

El sacerdote Néstor Vicente, párroco local, sostuvo que "los que llevaron a cabo la investigación tienen que dar un paso al costado, porque cuando un médico comete una mala praxis le quitan la matrícula y en este caso tiene que ser igual".

Por otra parte en fuentes policiales se informó que ahora la pesquisa está detrás de la identificación y ubicación de un auto blanco, tamaño mediano, que en la madrugada posterior a la desaparición de la joven fue visto merodeando en los alrededores de Fernández Oro.

Otoño Uriarte, que el 24 de febrero cumplía 17 años, desapareció entre la escuela nocturna a la cual concurría y su domicilio, en las afueras de Fernández Oro, aproximadamente a las 22:30 del 23 de octubre del año pasado.

Varias hipótesis apuntan a la posibilidad de un secuestro por parte de una organización de prostíbulos en Río Negro.

Otoño vivió diez años en El Bolsón, entre 1992 (cuando tenía dos años) y 2002, junto a la familia de Jano Rodríguez, ex pareja de su madre.