"Cuando habla la Iglesia o las jerarquías, no habla para el Gobierno, habla para la gente, para el pueblo. Evidentemente que dentro del pueblo está el Gobierno, claro está, pero hay una especie de susceptibilidad, de sensibilidad, como que están muy a la defensiva, enseguida toman como una crítica a la gestión y creo que no es así", expresó.

Piña se refirió de ese modo a la relación que mantiene Kirchner con Bergoglio, quien el sábado último dio a conocer un crítico documento del Episcopado en el que reclamó una "gran transparencia" para los comicios de octubre y pidió terminar con "la demagogia" y las "prácticas clientelares". El obispo, que ayer acudió a la Casa Rosada para una reunión pedida por el jefe de Estado, contó que habló con Bergoglio "hace pocos días y me dijo: 'el Presidente me ha tomado como que yo soy el jefe de la oposición, y yo no soy un político".

Insistió poco después, en declaraciones, que "yo conversé con el cardenal como he conversado otras veces, y se me quejó un poco de esto que el Gobierno lo tuviese como un jefe de la oposición".

Piña negó que el encuentro organizado por Kirchner tenga por objetivo provocar diferencias internas en la Conferencia Episcopal Argentina, al indicar que "gracias a Dios, los obispos estamos muy unidos".

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