La reunión se llevó a cavo en la Parroquia de la Natividad de María, a la misma, fueron invitados varios medios de televisión, radio y gráficos. Allí, se leyó el documento y luego se abrió el diálogo a los periodistas, lo que hizo que la reunión se pareciera más a una asamblea que a una conferencia de prensa.

Las reflexiones expresadas en este documento (ver subnota) fueron llevadas a integrantes de los equipos de trabajo de los dos candidatos que disputaron para Jefe de Gobierno de la Ciudad en el ballotage. De dichos encuentros, los sacerdotes se llevaron el compromiso de realizar una nueva reunión, una vez resuelta la elección. La misma no se ha llevado a cabo aún, y los sacerdotes sostienen que no se reunirán con dirigentes políticos hasta que cesen los desalojos que surgieron después de las elecciones.

En el documento presentado por el equipo de sacerdotes se rechaza el concepto de urbanización, entendiéndolo como una colonización, una imposición de una cultura desde una oficina que desoye la voz de los vecinos de estos barrios que tienen mucho para decir.

La propuesta es, entonces, hablar de una integración urbana en donde “se respete la idiosincrasia de los pueblos, sus costumbres, su modo de construir, su ingenio para aprovechar el tiempo y espacio y respetar su lugar que tiene su propia historia.”

La visión que expresan este grupo de sacerdotes no ignora los problemas que hay en las villas, la violencia familiar, los abusos, el consumo de drogas, deserción escolar, embarazo adolescente, etc. La idea de fondo de la integración urbana es rescatar los valores de la cultura villera, “que surge del encuentro de los valores más nobles y propios del interior del país y de los países vecinos con la realidad urbana, no es otra cosa que la rica cultura popular de nuestros pueblos latinoamericanos.”

Informe: Emilce Bartoli