Al mismo tiempo, ráfagas de viento zonda provocaron voladuras de techos y la caída del tendido eléctrico en el norte de la provincia, donde hubo que evacuar al menos a 40 personas, reportaron voceros oficiales.

El primero de los movimientos, de 3,7 grados Richter, se registró a la 1,20, mientras el otro, de 4,3, ocurrió casi cuatro minutos después, dijeron fuentes del INPRES.

Los voceros precisaron que los temblores tuvieron epicentro en inmediaciones del dique situado en Escaba, departamento Juan Bautista Alberdi, donde viven pocos pobladores.

Por otra parte, corrientes de viento de unos 60 kilómetros por hora causaron destrozos en el norte de la provincia, que obligaron a evacuar y alojar en establecimientos municipales a vecinos de Trancas, a 80 kilómetros de la capital provincial, y de Tafí Viejo, en el Gran San Miguel de Tucumán.

Las ráfagas provocaron la caída de parte del tendido eléctrico, voladura de techos de viviendas precarias y el desplome de árboles añosos, que arrastraron consigo cables de telefonía y de televisión paga.

Las autoridades de Defensa Civil aclararon poco después que la situación "quedó controlada" y especificaron que los vientos dañaron las casas de cuatro familias del barrio Santa Inés, ubicado en la periferia de San Miguel de Tucumán.

Asimismo, dijeron en declaraciones a la prensa que miembros de la Unidad Regional Norte de la Policía, la Secretaría de Obras Públicas y los destacamentos de bomberos recolectaron ramas de árboles y retiraron pasacalles políticos.

En el sur de la provincia los vientos, que alcanzaron una velocidad de 50 kilómetros y soplaron cerca del epicentro de los sismos, derribaron un árbol que cayó y destruyó a un automóvil.

El vehículo estaba estacionado frente a la plaza de Alberdi, a unos 100 kilómetros de la capital provincial.

Por su parte, el jefe de Investigaciones Sismológicas del INPRES, Mario Araujo, calificó los dos sismos como "pequeños, leves o suaves", para definirlos luego como "movimientos clásicos en la región".

"La superficie terrestre está compuesta de grandes secciones fracturadas, llamadas placas tectónicas, que entran en movimiento, separándose, enfrentándose o deslizándose una debajo de la otra, lo que provoca presión y temperatura bajo el suelo", explicó en declaraciones a esta agencia.

El especialista destacó que "cuando algún borde de una placa no lo tolera y se fractura, surge el foco sísmico del que salen vibraciones u ondas sísmicas en muchas direcciones que al llegar a la superficie de la tierra producen un terremoto".

Araujo aseguró que las ráfagas no estuvieron relacionadas con el movimiento terráqueo, tras enfatizar que "los fenómenos climáticos y atmosféricos no tienen vínculo directo con la tierra sólida".

El sábado, un sismo de 6,2 grados en la escala de Richter sacudió parte de la provincia de Jujuy, sin provocar daños materiales ni víctimas.

El movimiento terráqueo se produjo a las 12.34, a unos 215 kilómetros al norte de San Salvador, capital jujeña.

"El temblor registrado en Jujuy también está dentro de los movimientos terráqueos tradicionales en la región, lo que ocurre es que, en algunas partes del país, las presiones internas de las placas tectónicas son más evidentes que en otras", concluyó el experto.