Hollande impuso ayer el máximo nivel de alerta durante tres días para las áreas industriales. La medida afecta a 158 plantas industriales en la región Rhône-Alpes donde se manejan materiales peligrosos.

Además, se anunció la creación de 500 nuevos puestos de trabajo cada año en la policía y la gendarmería francesa, así como 1500 a partir de enero en los servicios de inteligencia. Para la modernización de esos servicios se podrán a disposición 233 millones de euros en los próximos tres años.

El presunto autor del ataque el viernes, Yassin S., decapitó al parecer a su jefe, un hombre de 53 años, en la fábrica de gases industriales en Saint-Quentin-Fallavier. Después fue detenido por la policía. El hombre era conocido por las autoridades francesas por su supuesta conexión con la escena islamista radical desde 2006, pero no estaba bajo vigilancia.