UNIVERSIDAD › LAS PRIMERAS MEDIDAS DE JAIM ETCHEVERRY EN LA UBA
Ajustes para el Rectorado
El nuevo rector eliminará dos secretarías, reducirá la flota de autos y dejará de pagar los celulares de funcionarios y decanos.
Por Javier Lorca
A sólo siete días de su asunción como rector de la Universidad de Buenos Aires, todavía es un misterio cuáles serán los nombres que integrarán la gestión de Guillermo Jaim Etcheverry. Pero, según averiguó este diario, él mismo ya deslizó algunas de sus primeras medidas. El sucesor de Oscar Shuberoff anunció a los decanos y a consejeros superiores, en diversas reuniones mantenidas en los últimos días, que reducirá la cantidad de secretarías que hoy integran el Rectorado. También avisó que eliminará los autos dependientes de esa área y que se dejarán de pagar los teléfonos celulares de los funcionarios y de los decanos.
“La idea es dar mayor transparencia a la administración, sobre todo en el Rectorado, donde se han concentrado tantos recursos durante el shuberoffismo, y, a la vez, reencauzar la inversión hacia la docencia y la investigación”, argumentó, en diálogo con Página/12, un consejero superior del claustro de profesores.
En la actualidad, la cúpula de la universidad tiene siete secretarías: la General, la de Ciencia y Técnica, de Asuntos Académicos, de Hacienda y Administración, de Planificación, de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, y de Institutos Asistenciales. Jaim Etcheverry pretende eliminar las secretarías de Planificación y de Institutos Asistenciales. La primera, con un fuerte perfil técnico, se encarga de “los sistemas de información necesarios para la toma de decisiones”, entre otras cosas, de realizar los censos de docentes y estudiantes. La segunda se ocupa, básicamente, de coordinar la red de hospitales dependientes de la universidad. “Las funciones de esas secretarías van a ser absorbidas por las áreas más amplias”, comentó el consejero superior ya citado, uno de los operadores de la campaña que llevó a Jaim Etcheverry a suceder al prolongado mandato del radical Shuberoff.
El anuncio de las medidas que aplicará el nuevo rector incomodó a parte de la gestión saliente. “Planificación obtuvo rango de secretaría por una cuestión salarial. Si quedaba como subsecretaría, no había forma de pagar salarios adecuados. Así que, institucionalmente, no sería grave que la supriman, siempre que se sigan realizando sus funciones, que sí son importantes –dijo un alto funcionario del Rectorado–. En cambio, eliminar Institutos Asistenciales sería un error. Es una secretaría importante para organizar el funcionamiento de los hospitales universitarios, centralizar contrataciones, cobranzas y procesos judiciales, lo cual permite un mejor aprovechamiento de los recursos.”
Otro ahorro que piensa instrumentar el ex decano de Medicina desde su nueva función radica en la supresión de los autos que integran la flota del Rectorado. También les avisó a los decanos que la universidad dejará de pagar los teléfonos celulares de casi todos ellos, como lo venía realizando en los últimos tiempos, así como los utilizados por los secretarios y otros funcionarios de jerarquías superiores.
Además, Jaim pretendería intervenir la obra social de la universidad para zanjar el conflicto que la rodea. Dosuba sigue siendo una dirección dependiente del Rectorado de la UBA: es la única del país que no adecuó su organización y estatuto a la Ley de Obras Sociales Universitarias, norma que autonomiza a esas entidades de las universidades. La semana pasada, el Consejo Superior volvió demorar el tratamiento de la cuestión y mandó a comisión un proyecto para adecuar Dosuba a la ley, ya que no contaba con consenso para ser aprobado. La virtual intervención dejaría afuera de la obra social a los gremios docentes y no docentes (Aduba y Apuba), ahora integrantes de un consejo consultivo que asesora al director nombrado por el rector.
No mucho más que esto se sabe de las primeras medidas que tomaría Jaim Etcheverry. “La incertidumbre es muy grande”, comentó ayer un empleado del Rectorado. Hasta hoy, el rector electo se limitó a enviar emisarios a las diversas secretarías para interiorizarse del funcionamiento y lascuestiones en trámite. “Hay un absoluto misterio –contó un referente de los docentes de la UBA–. Falta una semana y no se sabe ni quién será el vicerrector. De ahí para abajo, sobre los futuros secretarios y colaboradores, nadie sabe nada de nada.” La intriga empezará a develarse el martes próximo.