UNIVERSIDAD › OTRA PROTESTA ESTUDIANTIL IMPIDIO LA SESION DEL CONSEJO SUPERIOR DE LA UBA

Sin rector ni vice, asume el más decano

La UBA no pudo elegir nuevo vicerrector y hoy quedará a cargo del rectorado el decano de mayor edad, Alfredo Buzzi. El titular de Medicina, que apoyaba la candidatura de Alterini, dijo ayer que será neutral y buscará el consenso.

 Por Javier Lorca

Por primera vez en su historia, la Universidad de Buenos Aires queda a cargo del decano de mayor edad –Alfredo Buzzi, de Medicina– ante la ausencia de un rector y un vicerrector electos. Es que, después de cuatro intentos fracasados de elegir a un titular del rectorado, ayer se sumó una quinta frustración cuando otra protesta estudiantil impidió la designación de un vicerrector. Entre gritos, cantitos, insultos y tumultos, debió suspenderse la primera sesión del nuevo Consejo Superior de la UBA, el órgano de cogobierno que integran los representantes de profesores, graduados y alumnos elegidos en marzo. El bloque mayoritario de radicales, peronistas y aliados pensaba nombrar a Aníbal Franco en lugar de Berardo Dujovne, cuyo mandato como vicerrector venció anoche. Antes de asumir, Buzzi anunció su “absoluta neutralidad” y su compromiso a no expresar “apoyo o rechazo a cualquiera de los candidatos a rector”. Toda una definición, ya que hasta ahora integraba el bloque que sostiene la postulación como rector de Atilio Alterini, cuestionado por su paso como funcionario porteño durante la dictadura.

La sesión estaba convocada a las 9 en la sede del rectorado, en Viamonte y Reconquista. A esa misma hora había convocado la FUBA a los estudiantes y allí estaban, con banderas y carteles de las facultades y de agrupaciones de izquierda e independientes: PO, MST, CEPA (PCR), PTS, Libres del Sur y otras. “Estudiantes contra Alterini”, decía el cartel más grande. Nucleados en la FUBA de los Estudiantes, también se habían movilizado, aunque en menor número, alumnos opositores a la izquierda que conduce la federación. La sala del consejo estaba colmada y en breve lo estaría todavía más. Aun cuando los no docentes del gremio Apuba habían decidido no participar de la sesión para “contribuir a la distensión del clima de conflicto”, después de que hace dos semanas sus dirigentes protagonizaran una gresca con alumnos frente a la Facultad de Medicina.

“Exigimos que como primer punto el consejo trate la separación de los patoteros que golpearon a los estudiantes el 2 de mayo”, planteó de entrada Santiago Gima, consejero por la minoría estudiantil. “Tenemos un orden del día”, apuntó Dujovne, titular del consejo. “Eso se va a tratar en el momento que corresponda”, respondió a los alumnos el decano de Veterinarias, Rubén Hallú, que intentó sin suerte introducir una moción de orden para que se eligiera al vicerrector. “Están locos si pretenden que sigamos conviviendo en la universidad con estos matones”, dijo el consejero alumno Martín Bustamante. La cuestión reclamada por los estudiantes no figuraba en el temario y la resistencia de los consejeros a modificarlo desató la primera tanda de cantos e insultos. “Son todos fachos”, aulló una estudiante trepada a la silla de un consejero. “Con los huesos de Alterini, vamos a hacer una escalera, para que a la universidad, pueda entrar la clase obrera”, cantaron a voz en cuello.

Cuando los consejeros amagaron con votar, el griterío se multiplicó. El vicerrector Dujovne se levantó y, atravesando la masa de alumnos que rodeaba al consejo, dejó la sala. Pronto lo siguieron los decanos Buzzi y Alterini. La tensión llegó al máximo y se hizo evidente que la sesión no iba a poder seguir. Pero, como nadie lo había oficializado, la mayoría de los consejeros mantenía sus lugares. Por su edad, quedó a cargo del cuerpo el decano de Farmacia, Alberto Boveris: “Propongo que pasemos a un cuarto intermedio para ordenar el debate”, dijo. La respuesta fue terminante: “O votan ahora la expulsión de los agentes identificados como agresores y se investiga la responsabilidad de las autoridades como autores intelectuales de la agresión, o esta sesión no sigue”, avisó Agustín Vanella, también consejero alumno. Algunos trabajadores de la universidad, opositores a la conducción de Apuba, sumaron su pedido de separación “de los patoteros”: “Los no docentes no somos todos iguales”, repetían, mientras, como fondo, los estudiantes se gritaban con los graduados radicales. Para entonces, el desmadre era ya general. Megáfono en mano, unos cuantos alumnos comenzaron a seguir a algunos decanos y a realizar una suerte de escraches. Pasadas las 12, Boveris dio por suspendida la caótica sesión. Horas después, el bloque de radicales, peronistas y aliados que tiene mayoría de consejeros acusó a “partidos políticos ajenos a la universidad” por el conflicto, ratificó la candidatura de Alterini y consideró que en breve deberá convocarse una nueva sesión del consejo pero “con acceso restringido”. “Un grupo minoritario y violento impidió la sesión y está poniendo en riesgo la vida institucional de la UBA”, dijo a este diario Boveris. “La situación fue muy grave, hubo empujones, insultos.” Aníbal Franco, consejero profesor y quien ayer iba a ser designado vicerrector, explicó a Página/12: “Todos creemos que los hechos ocurridos en Medicina deben castigarse. Incluso íbamos a pedir que se separara a los no docentes mientras se realizan los sumarios ya iniciados. Pero los estudiantes querían tratar ese punto y nada más”.

A esa altura ya estaba confirmado que el decano de mayor edad, es decir, el tercero en el orden de sucesión previsto por el estatuto universitario, deberá hacerse cargo del rectorado. Así, hoy asumirá la función Alfredo Buzzi, profesor emérito y decano de Medicina. “La UBA llegó a un conflicto de proporciones inusitadas y mi propósito es poner en marcha las distintas comisiones de trabajo, hablar con los decanos y convocar a un consenso para que no se repitan los hechos que vivimos”, dijo Buzzi. Pero su principal definición (“mi posición será de absoluta neutralidad”) dejó en claro que Medicina está cada vez más lejos de sostener la candidatura del decano de Derecho, de la que ya se habían distanciado los consejeros estudiantiles de la facultad. En principio, Buzzi intentaría comandar la transición hacia la realización de una asamblea que pueda elegir rector. Para hoy ya convocó a reuniones con los decanos y los consejeros de todos los claustros.

El distanciamiento de Buzzi generó malestar en el bloque mayoritario, tanto entre los más férreos radicales sostenedores de la postulación de Alterini como entre los sectores peronistas que ayer aspiraban a ver a Franco como vicerrector. “No tienen posibilidades de gobernar solos, nuestro bloque sigue siendo mayoritario”, comentaban en forma confidencial. En el mismo registro, en Medicina evaluaban: “Estamos entre dos fundamentalismos: los troskos y los alterinistas. Vamos a proponer una salida de consenso y, si no la quieren, nos abriremos y que arreglen el problema o se terminen de inmolar”.

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Convocados por la FUBA, estudiantes de agrupaciones de izquierda ocuparon la sala del Consejo Superior.
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