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El 15 de agosto, en esta sección, Página/12 consignaba una propuesta del decano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) al consejo directivo, que pretendía resolver el “conflicto de Sociología” con una cocoordinación para la carrera (forma no contemplada en los reglamentos existentes). Es preciso recordar que tal conflicto y posterior acefalía son producto de las maniobras de sustracción de quórum a las que han venido recurriendo los representantes estudiantiles en la junta de Sociología para impedir la votación del director, incitadas y acompañadas por quienes salieron derrotados en profesores y graduados en las pasadas elecciones. A continuación, otros grupos estudiantiles (actualmente en conflicto con los anteriores) trataron de imponer una suerte de parodia electoral bajo el principio un “hombre = un voto”. Esta seudoelección careció de toda legitimidad institucional y consenso comunitario y solamente votó (en el mejor de los casos, ya que no hubo ningún control institucional) una cuarta parte de los estudiantes empadronados. El sistema un “hombre = un voto”, que no fue nunca discutido en forma democrática en la institución, agrede el derecho a elegir de los profesores y contradice las formas de representación vigentes en la UBA. Para tratar de imponerlo ciertos aparatos estudiantiles han creado un clima de amenaza, de abuso de invectivas y de descalificación de aquellos que disienten con ellos. El silencio de las autoridades de la facultad ante el ataque a las normas (de las cuales también emana su propio mandato) y su virtual aprobación de la seudoelección mencionada al proponer (en flagrante violación de los reglamentos vigentes) como cocoordinador de la carrera al auxiliar docente surgido de esa elección, se agrega a su permisividad ante el ejercicio de prácticas desleales. Si bien puede encontrarse explicación política en el hecho de que accedieron a sus actuales cargos con el apoyo de los sectores partidarios que hoy sustentan esas maniobras en Sociología, es preciso señalar que la manifiesta ilegalidad e ilegitimidad de la propuesta del decano (respecto de la figura de cocoordinadores) no hace más que agravar la situación de esa carrera con el riesgo de extender la crisis hacia la institución en su conjunto.

* Profesor titular de la Carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales (UBA).