UNIVERSIDAD › OPINION
Obstáculos en Ingeniería
Por Armando Pérez *
La profundidad de la crisis por la que atraviesa nuestra sociedad, de la que no es ajena la universidad, hizo que la nueva gestión que asumió en marzo pasado en la Facultad de Ingeniería (UBA) se propusiera incorporar reformas que modificaran la identidad adquirida en la década anterior. La universidad y la facultad como parte de ella erosionaron su identidad y deterioraron su accionar, acompañando sin denunciar los procesos de privatización y desindustrialización del país. Durante ese período, en la facultad se firmaron convenios, se realizaron contratos por trabajos a terceros y se desarrollaron cursos de posgrado por los que se facturaron varios millones de dólares, de los cuales, en la mayoría de los casos, ingresó no más de un 20 por ciento en la institución. Gran parte del resto quedó en manos de pocas personas, algunas no ligadas con la facultad, convirtiéndose algunos sectores en consultorías cuasiprivadas, pese a que estas tareas se realizaron con recursos humanos, equipos y servicios pagados por Ingeniería.
Hoy, la gestión de la facultad encuentra serios obstáculos para revertir lo heredado, planteados fundamentalmente por el sector de graduados que controló en forma exclusiva y excluyente los fondos de la facultad durante los ocho años de la gestión anterior, y sus aliados docentes, quienes antes del 20 de diciembre de 2001 sostenían la necesidad de buscar financiamiento alternativo para la facultad, de subordinar la gestión académica y los ingresos de los docentes a un consejo empresario, restringir dramáticamente el ingreso de alumnos y reducir la cantidad de docentes y personal administrativo. Ese grupo sostiene y difunde en estos momentos un solo proyecto: desestabilizar la institución. Apelan a la cultura generada por una dilatada experiencia histórica en la Argentina: los golpes institucionales.
La facultad, la universidad, la Nación requieren el debate honesto, la expresión libre de las ideas, la confrontación de ideologías y proyectos, en suma, están exigiendo un cambio cultural que deje de lado la lucha ciega por espacios de poder. La nueva gestión encabezada por el decano Bruno Cernuschi Frías se ha propuesto: jerarquizar el grado, continuar el crecimiento científico y tecnológico de la facultad, impulsar la actividad de servicios y transferencias necesarias para el desarrollo nacional, promover la actividad cultural, actuar solidariamente con los sectores sociales más desprotegidos, asistir al proceso de recuperación industrial imprescindible en la Argentina y defender el derecho a acceder a las posibilidades que la cultura da hoy al hombre.
* Secretario de Coordinación de la Facultad de Ingeniería (UBA).