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Bruno Cernuschi Frías –hijo de Félix Cernuschi, decano de Ingeniería del ‘86 al ‘90– es uno de los cuatro decanos que se opuso a aprobar la repetición en 2002 de la distribución presupuestaria del año pasado, tal como le había solicitado el rector electo, Guillermo Jaim Etcheverry, al rector saliente, Oscar Shuberoff. Así fundamentó su voto: “No vamos a exigir más presupuesto cuando sabemos que hay millones de personas muriendo de hambre. Pero pretendemos una educación en serio y que no se malgaste a nivel nacional y en la UBA, donde hay mucho gasto que no sabemos qué incidencia tiene. Además, el doctor Etcheverry planteaba una reestructuración de la UBA. Si el presupuesto es el mismo que el año pasado, no hay reestructuración posible. Quizás el cambio quede para 2003. Pero el hambre y los problemas del país no esperan. Por otro lado, no podemos aprobar el mismo presupuesto porque la realidad económica del país cambió. Y, finalmente, no lo aprobamos porque, en los últimos doce años de desindustrialización, la Facultad de Ingeniería fue recibiendo cada vez menos recursos porque la UBA, funcional al sistema, fue cómplice de ese proceso”.