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Lanzamientos
EL DIA DESPUES DE MAÑANA,
de R. Emmerich.
Con Dennis Quaid, Jake Gylenhaal e Ian Holm.
2004, 124 min. Gativideo.
La pantallita de la tele no ofrece las dimensiones más adecuadas para disfrutar a pleno con esta superproducción de cine catástrofe, en la que, como consecuencia del calentamiento global, la Tierra ingresa en una nueva Edad de Hielo. Tornados arrasan la ciudad de Los Angeles y piedras de granizo del tamaño de pelotas de beisbol caen sobre Tokio. Nueva York se convierte, claro, en el epicentro del fenómeno, con olas más altas que rascacielos y la Estatua de la Libertad enterrada en la nieve. Sumamente disfrutable e insospechadamente llevadera es esta película. Lo cual no era previsible ni por los antecedentes del género ni por los del director, que es el mismo de Día de la Independencia y Godzilla. La digitalización ayuda a la credibilidad del desastre, y las ironías políticas son dignas de Billy Wilder.
ROMA,
de A. Aristarain.
Con J. Diego Botto, Susú Pecoraro, José Sacristán y G. Garzón.
2004, 152 min. AVH.
Días antes de competir por el premio mayor en San Sebastián (la tierra de los vascos, donde juega de local) se edita en la Argentina la película más reciente de Adolfo Aristarain. Posiblemente la película más ambiciosa de su autor (dura dos horas y media) y sin duda la más claramente cargada de elementos personales, Roma no es necesariamente la más lograda. Obligado a publicar sus memorias para ganarse unos pesos y en medio de un hastío creativo y vital, un escritor veterano (el muy sentencioso José Sacristán) se pone a recordar su vida, que el film reconstruye entre los años ’50 y ’70. Dominada por la figura de la madre, a la excesiva linealidad de sus principales personajes se le suma que la vida del protagonista, tal como está presentada, no resulta particularmente excitante.
STARSKY & HUTCH,
de Todd Philips.
Con Ben Stiller, Owen Wilson, Vince Vaughn y Snoop Dog.
2004, 101 min. Gativideo.
Entre el fetiche y la parodia, hete aquí la segunda versión cinematográfica de una serie no particularmente inspirada de los años ’70. La anterior que el cine recreó fue Los ángeles de Charlie, con mucho menos respeto por el original y total desfachatez. Starsky & Hutch es una película más modesta en sus aspiraciones, aunque tampoco es que venere a aquella serie con Paul Michael Glaser, David Soul y un Ford Torino rojo. Hay cierta voluntad arqueológica en la reconstrucción de una época de brushings, patas de elefante y música disco, y la probada química entre Ben Stiller y Owen Wilson –con el apoyo fumado del rapper Snoop Dog– hace el resto. En un marco de amabilidad y simpatía general, no falta un puñado de gags más que festejables, incluyendo una típica danza contracturada a cargo de Stiller.
THE RING 0,
de Norio Tsuruta.
Con Yukie Nakama, Yoshiko Tanaka y Kumiko Aso.
2000, 99 min.
Con admirable constancia, el sello SBP ha editado completa la saga de terror The Ring (Ringu, título original en japonés), que con esta tercera entrega llega a su fin. Ringu 0 es la tercera, pero va hacia atrás. De allí que le hayan puesto el título que tiene, digno de la serie de La pistola desnuda. El título es lo único divertido de esta precuela que indaga en los hechos que, treinta años antes de la primera parte, terminaron con una chica metida dentro de un aljibe. No la dirige Hideo Nakata, que sí había estado a cargo de las anteriores, y la diferencia se nota. La protagonista, Sadako (que es la que va a generar toda la maldición, vía video) es una suerte de Carrie de ojos rasgados, capaz de hacer desastres con sólo pensarlo. Todo se desarrolla como si la hubieran hecho por obligación. Y debe haber sido más o menos así.