Si en sus muestras anteriores Gabriela Cassano elegía evocar los cafés, las calles, las costumbres y perspectivas urbanas de aquellos lugares de Buenos Aires en los que se concentra la memoria social, ahora la artista estiliza ese clima y esas figuraciones en pinturas de paleta más cálida y con una marcada presencia de personajes en perspectivas y situaciones plurales.

Mientras en las pinturas de años previos se intuía una memoria coral de la ciudad con matices dramáticos, ahora aflora el sentido del humor en esos personajes que al modo de una historieta exhiben una gran diversidad de actitudes. La aplicación de la pintura ofrece texturas, sombras y matices que, bien iluminados, permiten ver el tratamiento pictórico y el oficio de Cassano.

En el actual recorrido la pintora traza, como en sus muestras anteriores, un itinerario urbano que se evidencia en determinados signos de la ciudad: sendas peatonales, construcciones, calles, síntesis gráficas que aluden a volúmenes edilicios –con sus puertas, ventanas, antenas, paredes, terrazas, etc.–, y también dameros que evocan las veredas al modo de un tablero. Lo que hasta hace poco era una mirada nostálgica, ahora es una elaboración sobre la relación entre individuo y sociedad, entre lo particular y lo general.

Los personajes –sus vestimentas, miradas, accesorios, colores, gestos– revelan esquemáticamente una personalidad y a su vez todos están transitando la ciudad, de paso por una escena urbana que los enmarca y excede. A su modo, cada personaje es un flanêur, un paseante accidental que más allá de toda posible rutina está construyendo la imagen de la ciudad al aportar cada uno su propia imagen. Así surge cada particular “Punto de vista”, frase con la que la artista titula la exposición.

El diálogo entre las particularidades de cada figura (los personajes, sus acompañantes, sus sombras) y las generalidades de la urbe se vuelven productivas y resultan portadoras de sentido.

Como sucedía en otras exposiciones de la pintora, los paisajes urbanos y la profusión de personajes porteños –anónimos pero al mismo tiempo individualizados y con su personalidad–, Cassano retrata ciertos aspectos de la vida en la ciudad con una distancia a mitad de camino entre el paisaje y la narración, porque siempre hay una historia.

(Galería Adriana Indik, Rodríguez Peña 2067, planta baja “A”, hasta el 30 de octubre.)