El cura Antonio Baseotto fue separado como obispo castrense cuestionado por su absurda recomendación de “atarle una piedra al cuello” al ministro de Salud, Ginés González García, y “tirarlo al mar”, en un tema discutible, cual fue el uso de la “píldora del día después”. Pregunto cuándo piensa o no piensa el gobierno argentino declarar persona no grata al obispo Richard Williamson y expulsarlo del país, quien negó que haya existido la Shoah, en donde mataron en las cámaras de gas y cremaron los cuerpos de seis millones de judíos, entre los cuales había primos, tíos y abuelos tanto míos como de mi esposa, y este personaje está lo más tranquilo en La Reja, en Moreno, al amparo de la Iglesia Católica. Como argentino descendiente de una larga y antigua familia judía perteneciente al pueblo de Israel, con hijos y nietos argentinos, me siento realmente indignado. A la Iglesia Católica no le falta dinero para solventarle un pasaje a Polonia y que constate por sí mismo lo que fue el campo de exterminio de Auschwitz, donde mataron a millones de seres humanos. Y como agravante, según declaró, para este individuo 200.000 o 300.000 muertos son pocos, y yo le contesto que está escrito en el Talmud, el libro sagrado hebreo, que “el que salva una vida, salva a la humanidad”.

Enrique Borensztein

DNI 4.244.158