La palabra cambio está hoy, más que nunca, sumamente mal utilizada. ¡En PRO de la palabra cambio, por favor, dejen de utilizarla!

El Diccionario de la Real Academia Española dice: “Dejar una cosa o situación para tomar otra. Convertir o mudar algo en otra cosa, frecuentemente su contraria”. ¡¿De verdad les parece que la oferta política actual plantea un cambio?! Cualquiera se les ocurra sea su referente, ninguno de ellos puede proponer y prometer que algo va a cambiar. Eso claramente es una mentira, es bofe. Sin embargo, el superproblema está, decididamente, en aquellos que creen en esos guiones tan bien armados y esa propaganda copiada de empresas manejadas con un joystick. Lo único que va a cambiar es que ahora van a robar los mismos multimillonarios y cómplices del desmantelamiento del Estado argentino, pero desde la misma estructura del Estado, al que nunca habían accedido tan legítimamente como muy probablemente lo hagan después del ballottage.

Yo sé que los diarios no son leídos por jóvenes, pero la idea está en que los padres puedan hacerles llegar este mensaje. Por favor, no soy dueña de la verdad, pero creo que una buena, si no la mejor, manera para cambiar es la educación y la participación de los jóvenes. Aquellos que con ese espíritu utópico de mejoramiento pretenden un país distinto, pero no se animan a crearlo, por favor, anímense. Es la mejor manera que tenemos de limpiar la basura. Nuevas mentes. Nuevas manos.

Lucía Martínez Marchi

DNI Nº 33.259.545