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Los números de la Harrymanía parecen insuficientes a la hora de analizar un fenómeno de lectura masiva que, si bien comenzó con los chicos, se extendió como un virus entre los jóvenes y los adultos. Los 70.000 ejemplares iniciales de Harry Potter y la orden del Fénix estarán agotados para este fin de semana. Eso estiman la editorial y la mayoría de las librerías consultadas por Página/12. Por ejemplo, en el local de Alto Palermo de Librería Santa Fe, que tiene un club de fans y un site en Internet (www.lsf.com.ar, con un link a la web de Harry Potter), se vendieron más de 1500 ejemplares. Patricia Bella, encargada de Librería Santa Fe, que se caracteriza por una atención personalizada de sus clientes, admite que es una fanática de la saga del mago más famoso del mundo. “La autora nos tuvo a pan y agua desde junio del año pasado, cuando se conoció la fecha en la que saldría este volumen. Algunos bromeábamos y proponíamos secuestrar a Rowling para que terminara de escribir el libro.”
Susana Fernández, gerenta de marketing de la cadena Cúspide (con 14 sucursales, cinco de las cuales abrieron especialmente a la medianoche del sábado), dice que en las primeras 48 horas salieron 2200 libros. “Es un éxito previsto por la cantidad de reservas que teníamos antes del lanzamiento”, explica Fernández.
En Cúspide, hasta ayer, se vendieron 2606 ejemplares de tapa blanda (a 39,90 pesos) y 550 de tapa dura (a 49,90). “Tuve que esperar a que papá lo terminara de leer para poder empezarlo”, rezonga Federico Santa Ana, que tiene 12 años y comenzó con la lectura hace dos días. Ya llegó al capítulo 14, por la página 300, de las 893 que tiene el libro. “El estilo es muy atrapante, me gustan las aventuras y la fantasía”, confiesa Federico, que arrancó como lector de la saga cuando tenía siete años. “El primero lo terminé a los ocho, pero el tercero, como estaba de vacaciones, lo leí en quince días”, recuerda Federico, también lector de El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien. Los que compraron el libro en Capítulo 2, comenta Karina Skidelsky, encargada de la librería, podrán ganar un ejemplar firmado por Joanne Kathleen Rowling, con certificado de autenticidad, que se sorteará el 1º de marzo ante escribano público. En esta librería se está desarrollando la “Semana Harry Potter”, una serie de actividades coordinada por la especialista Andrea Moloberti.
“Los factores que contribuyeron a sostener este fenómeno, que incluye a un público mixto (infantil, juvenil y adulto), son muchos, pero sin duda hubo un buen manejo, desde el marketing, de la espera del libro”, aclara Skidelsky. El gerente de comunicaciones de la editorial Planeta –distribuidora local del libro editado por Salamandra–, Ignacio Iraola, confirma que se vendió el 80 por ciento de la edición de tapa blanda y el 70 por ciento de la de tapa dura. A los 40.000 libros previstos, que llegarían en la primera quincena de marzo, Planeta solicitará un nuevo refuerzo a la editorial española, que lanzó una tirada de 950.000 ejemplares.
Según Joel Franz Rosell, licenciado en lengua y literatura hispánica, autor de Un oficio de centauros y sirenas, un puñado de ensayos sobre literatura infantil, la polémica que ha generado la irrupción de la saga se debe al desfasaje entre el éxito editorial, que molesta y perturba a muchos, en relación con la calidad de los libros. “Pero no es que sean malos. Al contrario, hay mucho talento narrativo, se presenta un mundo coherente y rico, interesante para los adolescentes, en la misma tradición de Dickens, de los chicos que deben resolver problemáticas que pertenecen al mundo real.” Rosell sugiere que el desmesurado boom no es culpa o responsabilidad de Rowling. “Había una gran fatiga en la literatura anglosajona, que pecaba de moralista y didáctica. Rowling, que renovó esos aires, aparece yuxtaponiendo algunas cuestiones de la realidad como el poder y la organización escolar con la fantasía. Todo niño sueña con ser más de lo que es, sueña con ser el hijo del rey. Harry satisface la épica personal que requiere el niño.”
Patricia Bella, encargada de Librería Santa Fe, opina que los libros de Harry Potter fueron acompañando el crecimiento de los chicos. “Ahora Harry es un adolescente de quince años, irritado, enojado, incomprendido. Estos caracteres tienen conexión con el mundo real de muchos de los lectores, aunque la autora se proponga rescatar la imaginación y la fantasía. Harry es un huérfano, un personaje solitario, y los chicos se identifican con esa soledad porque muchos sienten que sus padres están, pero no están”, subraya Bella.