CULTURA

Un libro presentado con piñatas y chocolatada

La ilustradora Isol presenta esta tarde en la Feria su libro-álbum Piñatas, un novedoso proyecto editado por la Colección Eclipse.
Para la ocasión, la autora preparó una piñata real y especial.

 Por Sandra Chaher

Prometen galletitas, chocolatada, regalos y el juego de romper una enorme piñata de papel maché. Isol e Istvansch, autora y editor, trataron de imaginarse una forma original y atractiva para presentar Piñatas, el noveno libro de la colección libros-álbumes del Eclipse, de Ediciones del Eclipse, que se hará hoy a las 5 de la tarde en la biblioteca infantil de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Junto con Rosario Charquero, dueña de la editorial, se vestirán con bonetes e invitarán a chicos y grandes a una aventura como la que propone el libro: romper la piñata que Isol preparó y estar dispuestos a lo que venga: recibir un empujón, tener alguna caída “vergonzosa”, que les lluevan regalos o, como le pasa a Juan, el protagonista de la historia, recibir un golpe que lo transporta a otra realidad: el mundo de las piñatas, las que fueron rotas y las que no, las que cumplieron su misión y son felices, y las que nadan en un mar quieto de aburrimiento porque tienen todavía las panzotas llenas con la alegría que no pudieron entregar.
“Hace dos años y medio que tengo pensado y bocetado este libro”, dice Isol, ilustradora, escritora y cantante, poco conocida en el país porque, salvo Piñatas, sus demás libros para niños fueron publicados por editoriales extranjeras. “Surgió después de un viaje a México. Allá las piñatas son una institución, están en las ferias, son muy hermosas y caras. Yo las vi como una metáfora de un país en el que pasaron muchas cosas grosas –revoluciones, movimientos artísticos muy fuertes– y ellos siguieron adelante. Como que las cosas se rompían y no importaba, la vida seguía. Y a la vez, yo estaba pasando un momento personal en el que tenía que tomar decisiones importantes en mi vida y tenía temor. Pensaba ¿y si no funciona, qué pasa? De la misma forma que Juan teme romper la piñata en el cumpleaños al que lo invitan. Yo interpreto al libro como un viaje de iniciación, esta idea de animarse y ganar, de que sí, quizá te hagan de goma en el intento, pero si no te jugás, no vivís.”
Piñatas es el libro más largo de Isol. Tiene 50 páginas y es casi como un cuento o una novela. Es lo que se conoce dentro del mundo literario como un libro-álbum, “un concepto de los franceses que define a los libros en los que texto e imagen funcionan complementariamente, no podrían ir uno sin la otra, no podrían leerse por radio por ejemplo”, dice Istvansch, que empezó a dirigir la colección de Ediciones del Eclipse en mayo del 2003. Hasta ese momento era un prestigioso ilustrador y escritor, fundador del Foro de Ilustradores –una organización que, tal como la describen sus miembros, es un modelo de horizontalidad y buena onda–. Desde que lo convocó Charquero es, además, el primer ilustrador que dirige una colección de libros infantiles, un rubro acaparado fundamentalmente por escritores.
Esta presencia de los ilustradores no es ajena a la existencia del Foro, que se fundó oficialmente en 1998 pero venía gestándose desde hace unos 10 años, cuando Istvansch y otros siete ilustradores empezaron a cuestionarse algunas cuestiones del oficio, como por ejemplo por qué ellos no cobraban derechos de autor. La respuesta era fácil: las editoriales no los consideraban autores y a ellos mismos les costaba asumirse como tales. Ni hablar de que les dieran participación en las ganancias, aunque según explica Mónica Weiss, ilustradora, escritora y coordinadora del Foro, la Ley de Propiedad Intelectual “dice que cualquier creador es dueño de su obra”. Todavía hoy los ilustradores no cobran la mitad de los derechos de autor, pero pueden aspirar a contratos en los que sus regalías vayan del 20 al 50 por ciento. Pero de lo que sí se ufanan es de que la existencia del Foro creó conciencia hacia adentro y hacia fuera, aunque admiten que todavía falta camino por recorrer.
“Hacia fuera, porque un editor ya tiene incorporado que el libro ilustrado es una co-autoría de escritor e ilustrador y, hacia adentro, porque nosotros mismos empezamos a considerarnos artistas y no empleados”, dice Weiss, que realiza diariamente un increíble trabajo de socialización de la información que se convirtió en la herramienta fundamental de los ilustradores para negociar salarios y derechos con las editoriales. En el sitio web del Foro –www.forodei lustradores.com– se reciben diariamente pedidos de editoriales de todo el mundo. Weiss junta toda la información y la envía a los 500 miembros de la organización.
Weiss e Istvansch integran también el catálogo de libros-álbumes del Eclipse, una colección innovadora no sólo por estar dirigida por un ilustrador, sino porque “es la primera que sale en Argentina bajo el concepto de libro-álbum”, dice Istvansch. Los nueve libros que fueron publicados hasta la fecha no responden a un formato uniforme ni en tamaño, ni en cantidad de páginas, ni en tipografía. “Si es un libro-álbum, después los autores deciden qué desean.”
La particularidad de Piñatas en esta colección es ser el más grande –en tamaño y cantidad de páginas– y, lamentablemente, también el más caro. Al tener tapas duras e ilustraciones cuidadas, es difícil bajar de los 25 pesos, pero bien los vale. Es impecable en su factura, inicia a los chicos en la ruta del héroe y, como plus para padres e hijos, permite conocer a una de las ilustradoras más originales de Argentina.

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La ilustradora Isol se basó para su libro en las piñatas mexicanas.
 
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