CULTURA › JORNADAS SOBRE TRADUCCION EN EL ROJAS

Modelo para armar

Por S. F.

La mayor circulación de traducciones está ampliando el horizonte de reflexión sobre los problemas inherentes al oficio del traductor y el impacto que este trabajo genera en la literatura y la cultura argentinas. “Hay tareas pendientes por hacer, por parte de la crítica y el periodismo cultural, que consisten en mencionar siempre al traductor, no escamotear su nombre cuando se reseñan libros extranjeros. El primer paso para comprender la importancia del traductor es mencionarlo”, dice Patricia Willson, coordinadora de las Jornadas sobre traducción literaria y filosófica que empezaron esta semana en el Centro Cultural Ricardo Rojas (Corrientes 2038). Hoy y mañana a las 19.30 participarán Sergio Waisman, Luisa Borovsky, Gerardo Gambolini, Damián Tabarovsky y Gabriela Adamo, entre otros.
“Muchas veces los editores piden que la traducción no se note –comenta Willson–. Y la verdad es que si alguien hace algo que no se nota: ¿cómo va tener un lugar destacado?, plantea la autora de La constelación del sur (Siglo XXI), libro en el que analiza la manera en que la traducción de la literatura europea y norteamericana asumió la función de elaborar un repertorio de modelos de escritura, a partir de las traducciones de Sur de las décadas del ’40 y ’50 del siglo pasado, realizadas por Jorge Luis Borges, José Bianco y Victoria Ocampo de libros de William Faulkner, Samuel Beckett, Graham Greene y Virginia Woolf. “Quizás el hecho de producir traducciones tan fluidas hace que el rol del traductor pase a un segundo plano y se piense que la traducción es un texto directamente escrito en la lengua traductora”, añade Willson, que recuerda que hay lugares en el mundo en donde los teóricos propician una intervención vanguardista del traductor, que la traducción se note, como en Estados Unidos. “Pero esto no es aceptado por el mundo editorial, que quiere traducciones fluidas, aterciopeladas o de fácil lectura, aunque el original no tenga estas características.”
En cuanto a la influencia de la traducción en el desarrollo de una literatura, Willson sostiene que se debería, en lo posible, dejar la cuestión del anecdotario del traductor y reflexionar sobre lo que pasó con la historia de la traducción en la Argentina, en qué momentos hubo un apogeo y qué influencias tuvo en la literatura nacional. “Estamos muy encima de los procesos, sobre todo si tenemos en cuenta que a partir de la paridad cambiaria se han empezado a traducir más textos en Argentina. Todavía no podemos ver las influencias generales o sistémicas que pueden tener las traducciones que se están haciendo ahora sobre la literatura nacional. Lo que aparece como una constante –confirma Willson– es que cuando hay mucha traducción y en esas traducciones intervienen traductores-escritores, se modifican algunos modelos de escritura de la literatura argentina.”
En las mesas que se desarrollarán hoy y mañana en el Centro Cultural Rojas (que el año pasado publicó el libro Problemas de la traducción), se debatirá sobre las prácticas de la traducción desde un enfoque multicultural: la variación de la traducción en el tiempo; el condicionamiento del contexto lingüístico, cultural e histórico del traductor sobre el texto a traducir; la manera de dar cuenta todo lo que el autor quiso expresar, y por último, cómo inciden los editores entre lo que merece ser publicado por su valor estético y aquello que puede ser un éxito de ventas.

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