DEPORTES
El Rally de la Argentina festeja sus
25 años en tierras cordobesas
La fecha del Mundial se largará esta noche desde el Complejo Pro-Racing. El francés Loeb, líder del torneo, es el gran favorito.
Por Pablo Vignone
Esta carrera cumple un cuarto de siglo “gracias a un par de tanques bolivianos”, según cuenta, tentado, el director de la competencia, Carlos García Remohí. “El Automóvil Club había organizado la Vuelta a la América del Sur en 1978 –relata– y pretendía que la prueba fuera incluida en el campeonato del mundo. La FIA le pidió un recorrido más corto, y como se había organizado la Codasur, la federación sudamericana de automovilismo, se eligió un recorrido que arrancara en Buenos Aires, pasara por Montevideo, Asunción y La Paz y terminara en Santiago. Venía todo más o menos bien hasta que llegamos a Santa Cruz de la Sierra, el final de la segunda etapa.” En esa década negra para las libertades en el continente, en Bolivia estallaba una asonada tras otra. “Y acertó una a estallar justo allí. Guy Goutard, el francés que durante muchos años fue delegado de Rally de la FIA, vio que los tanques habían salido a la calle y se pegó un susto tremendo. ‘La fecha en el Mundial es de ustedes –suplicaba– pero hagan la carrera en la Argentina.’”
El país de entonces no era mucho más seguro, pero fue así como el Rally Codasur pasó a llamarse, con el tiempo, Rally de la Argentina. Desde hace 25 años otorga puntos para el campeonato del mundo y obliga a los mejores equipos de la especialidad a darse una vuelta por el Cono Sur, a una carrera en la que la pasión del público no tiene parangón con lo que se vive en otros puntos del globo, y que representa un verdadero desafío a máquinas y pilotos.
Afincado en Córdoba definitivamente, después de varios años de largarse desde Buenos Aires o de experiencias tucumanas o barilochenses, el Rally de la Argentina posee algunos atributos en el ranking mundial: la prueba especial más alta del campeonato, Mina Clavero-Giulio Cesare, se corre a más de 2000 metros de altura, en lo que los europeos consideran un auténtico pasaje lunar. Es, en promedio, la carrera más “alta” del Mundial, una en la que los turbocompresores sufren horrores.
Pero la altura no es el escollo más duro del rally, sino los 27 vados que atraviesa la carrera, algunos caudalosos. “Son lo más difícil –acepta el finlandés Tony Gardemeister, piloto de Ford y tercero en el campeonato–. Si no son profundos, se puede entrar a fondo, pero a veces entrás tan rápido que arruinás tanto el motor como el coche.”
“Para los pilotos, el de Argentina es un rally muy divertido”, afirma Sebastian Loeb, el campeón mundial. El francés, piloto de Citroën, vino a Córdoba tras un anhelo especial: lleva cinco victorias consecutivas en el Mundial, y quiere lograr la sexta en la Argentina. Rey de los caminos tanto en asfalto como en tierra, Loeb le lleva más de 20 puntos en el campeonato a su escolta, el noruego Petter Solberg (Subaru).
Solberg es otro de los que sienten afecto por el rally argentino. “Me gusta muchísimo”, tira al pasar. El finlandés Harri Rovanpera (Mitsubishi) la tiene más clara: “Argentina es un lindo rally con muchos espectadores, buena comida y, especialmente, ¡bifes sensacionales!”. A los nórdicos les impresionan el entusiasmo y la pasión del público: el año pasado salieron a la ruta del rally cerca de un millón y medio de espectadores. Esta temporada no estará, sin embargo, el ídolo de los cordobeses, el español Carlos Sainz, retirado en el rally anterior, en Grecia.
Sin embargo, tendrán para entretenerse: 80 autos en la largada, 20 de la clase A8 –la del campeonato– y tres argentinos en ella: Luis Pérez Companc (Ford), Marcos Ligato (Peugeot) y Juan Pablo Raies (Subaru).
El Rally se pone en marcha esta noche con dos pruebas especiales en el complejo Pro-Racing, cerca de Carlos Paz. Terminará el domingo, cuando el ganador haya cubierto más de 1200 kilómetros, 340 de ellos a velocidad libre.