EL PAíS › OPINION
¿Por qué son tan duros?
Por Alfredo Zaiat
¿Por qué el FMI hace tan difícil un acuerdo con la Argentina? Ese desprestigiado organismo está cobrando puntualmente los dólares correspondientes a los vencimientos de capital e intereses. La política fiscal es la más ortodoxa de toda la historia de las relaciones del país con la institución. La estrategia monetaria es sumamente prudente, con un sesgo contractivo en términos reales. Los acuerdos con las privatizadas avanzan a ritmo lento, pero avanzan al fin. La salida del default fue relativamente exitosa en cuanto a la participación de los acreedores, y el Gobierno reconoció la existencia de los holdouts luego de haber dicho que los bonos que quedaron fuera del canje valían cero. Si la Argentina hace todo esto, que no es otra cosa que acompañar con estilo propio propuestas del FMI, ¿por qué son tan duros con la administración Kirchner? Respuesta: porque quieren más.
¿Qué significa querer más? Definir un acuerdo pero seguir bajando la exposición crediticia con el país, o sea con una insignificante refinanciación de los vencimientos que no significaría alivio para el programa financiero del Gobierno. Aumentar aún más el superávit fiscal elevándolo del 3,0 al 4,5 por ciento del Producto. Tener una política todavía más ortodoxa en materia monetaria, lo que significa seguir subiendo la tasa de interés y dejar caer el dólar. Acelerar la firma de los contratos con las privatizadas definiendo aumentos generalizados de tarifas. Y presentar ya una propuesta para los acreedores que quedaron fuera del trueque de papeles en default. Esas sobreexigencias son, a esta altura, políticas más que técnicas, teniendo en cuenta el positivo recorrido de la economía argentina en el período 2003-2005.
La conclusión de que esos exagerados requerimientos son políticos tiene su base en que esas medidas son inconsistentes y contradictorias para un programa que aspira a un crecimiento sustentable. Por eso son políticos, pero también son ideológicos e involucran muchos millones de dólares. El Directorio del Fondo está controlado por el Grupo de los Siete países más poderosos de la Tierra, y cada uno tiene una cuenta a cobrar de la Argentina. Unos porque sus empresas perdieron mucho dinero con la devaluación y pesificación de las tarifas. Otros porque un sector de su población (jubilados) compró bonos argentinos engañado por sus propios bancos. Y todos porque nos les gusta verse reflejados en el espejo del fracaso, por haber sostenido la convertibilidad, haber prestado en 2001 a un barco que naufragaba y observar luego que esa pequeña nave salió a flote sin su ayuda.