CULTURA › OPINION
Un puente para nuevas lecturas
Por Susana Itzcovich*
Harry Potter es un best seller internacional y funciona con los pros y contras de todo best seller. Desde el ámbito del mercadeo, la saga, que será de siete títulos, ha superado las expectativas de los editores y del submundo que gira alrededor de ese boom: clubes de fans, venta de álbumes de figuritas, agendas y calendarios, foros de discusión, películas y una parafernalia de discusiones en todos los ámbitos del planeta. La saga aborda una temática no desconocida para el mundo infantil y juvenil: magia, brujería, peligros inminentes, en donde prevalece la aventura por sobre otros tópicos de la literatura para niños.
La estructura ficcional está bien armada y se advierte un conocimiento de la autora en el esquema argumental de la novela. Las traducciones al español no son muy felices y en el discurso original no se percibe una escritura pulida. Sin embargo, Rowling construye un universo propio, inventando sitios, personajes y palabras que le permiten acercarse al imaginario del lector, que aprende de inmediato una terminología nueva.
Muchas situaciones son predecibles y algunos conflictos exacerban la truculencia de lo fantástico. Los personajes conservan sus estereotipos, salvo Harry, que suele cometer errores que la autora resuelve con dignidad y humor. No puedo decir que su lectura perturbe a los chicos, como argumenta la Iglesia Católica, que lo considera un texto demoníaco, “peligroso para niños, jóvenes y adultos, tanto desde el punto de vista espiritual como desde el punto de vista humano (sic)”.
Harry Potter no es una amenaza para los lectores, pero tampoco los enriquece sobre los conflictos de la vida cotidiana. Su lectura no es perjudicial, como tantos otros best sellers escritos para niños, excepto por el boom de ventas y acólitos, que transforma a la literatura en un producto negociable. El interés mundial por la venta del nuevo libro de la saga nos hace pensar que los niños leen cuando algo les interesa. Sin querer pecar de demoníaca, la lectura de estos libros no quita ni agrega nada a los lectores autónomos. Si para los otros, los no habituados a la literatura, funciona como un puente para nuevas lecturas, también sirve un best seller.
* Profesora en Letras, especialista en Literatura Infantil, actual presidenta de Alija (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina).