CULTURA › EVOCANDO A WITOLD GOMBROWICZ
Viajes epistolares
Por Karina Micheletto
Este año se cumplió el centenario del nacimiento de Witold Gombrowicz, y los festejos continúan en todo el mundo. La tierra a la que el escritor polaco llegó “de paso”, donde terminó quedándose más de veinte años y desde donde produjo la mayor parte de su obra se sumó a las celebraciones, con una muestra y un ciclo de homenaje en Buenos Aires. Ahora, editorial Galerna publicó Evocando a Gombrowicz, en el que Miguel Grinberg, uno de los integrantes de aquella juventud poética que lo siguió durante su estadía en el país, recopila textos de quienes lo conocieron, cartas del escritor y fotos que él mismo le tomó. La recopilación fue presentada en la Feria, en una charla del autor con el escritor Germán García.
“En 1939 me encontré en Buenos Aires, expulsado de Polonia y de mi vida precedente, y fue una situación extremadamente peligrosa”, cita Grinberg a Gombrowicz en la contratapa de su libro. El recorrido de Witoldo (como lo llamaban sus amigos argentinos) desde la extrañeza absoluta hasta la conformación de lazos de amistad y de intercambio literario, puede ser reconstruido a través de la recopilación que ofrece Grinberg. “Las críticas engreídas de los extranjeros referentes a la Argentina, sus juicios sumarios y engreídos, no me parecen de la mejor calidad. Hay aquí una buena materia prima, aunque carece todavía de elaboración. Nos falta la catedral de Nôtre-Dame, pero en cambio se ven a menudo en las calles ojos y dientes nada despreciables, cuerpos ágiles. Este país abundante de jóvenes se caracteriza por una aristocrática tranquilidad de seres que no necesitan del pudor y se mueven fácilmente”, se lee en Diario argentino.
Una buena parte del libro reproduce la relación epistolar que mantuvo Gombrowicz con Grinberg después de irse de la Argentina (“yo era un joven poeta desconocido y quedé implícitamente encomendado a promover su obra localmente”, explicó el autor). En la última entrevista que dio en Buenos Aires, publicada en el diario La Razón, hay una respuesta que sintetiza la relación del escritor con la Argentina. “¿Con qué sentimiento nos dejará?”, le pregunta el periodista. Gombrowicz responde: “¡Oh, Argentina! La dejaré no sin congoja y pienso que no pocas veces invadirá mis sueños. (...) Después de 23 años soy tan polaco, tan europeo, tan extranjero, como el primer día de mi llegada, no cedí en lo más mínimo, no me adapté. Y, sin embargo, tengo la impresión de que es esto, justamente, mi inadaptación, lo que me vincula íntimamente con la Argentina”.