EL PAíS › LA ADUANA ACUSA A LA PETROLERA ESSO POR CONTRABANDO
Mancha color petróleo en el currículum
El juez federal de Campana detuvo al despachante de Aduanas de la empresa petrolera y a los tres responsables del transporte para indagarlos por una acusación de la Aduana. Los funcionarios aseguran que contrabandearon 14.900 toneladas con un perjuicio para el fisco de 7 millones de dólares.
Por Claudio Scaletta
La Dirección General de Aduanas detectó un contrabando de 14.500 toneladas de petróleo en una importación que involucra a la multinacional Esso. Si bien por ahora se conoce una sola operación, fuentes vinculadas a la investigación creen que podría tratarse de un mecanismo sistemático de ingreso ilegal para eludir al fisco. Desde el viernes se encuentran detenidos por orden del juez Federal de Campana, Efraín Faggionatto Marqués, los representantes de las agencias marítimas que participaron de la operación, Miguel Angel De Stefano y Darío Esquivel, de la empresa Dulce, y Jorge Ariel Saavedra, de Aguiro. También el despachante habitual de la petrolera, Federico Minoyetti, responsable de la firma Interlog. Los cuatro prestarán hoy declaración indagatoria y no se descarta que en las próximas horas se produzcan nuevas detenciones, tanto de personal de Aduana como de la petrolera estadounidense. El perjuicio para el Estado alcanzaría los 7 millones de dólares, pero la multa para Esso podría ser de entre 4 y 20 veces el valor de la mercadería ingresada, a lo que deberá sumarse también el perjuicio fiscal.
Si bien la operación trascendió públicamente en octubre de 2003, recién esta semana, de acuerdo con información a la que tuvo acceso Página/12, pudieron completarse las pruebas necesarias para ordenar las detenciones.
Tras los allanamientos realizados en las agencias marítimas que presentaron la documentación, la firma despachante y la propia Esso, a lo que se sumó la información de las pesquisas aportadas por el trabajo coordinado de Aduana y la Prefectura Naval Argentina, el juzgado interviniente pudo ordenar las cuatro detenciones mencionadas. Los imputados permanecen encarcelados desde el viernes en las dependencias que la DGA posee en Azopardo 350 y serán indagados hoy. Sobre la base de estas declaraciones se espera que el juez Faggionatto Marqués disponga nuevas detenciones.
La actitud de la petrolera estadounidense pasó de considerar la acusación de la DGA como “absolutamente falsa” a intentar buscar mecanismos de conciliación para solucionar el problema. Cabe recordar que el abogado de Esso, Pablo Argibay Molina, había declarado que la investigación era un disparate total y que la Aduana estaba “mal informada”. Por las dudas, los máximos responsables de la petrolera al momento de la operación ya no se encuentran destinados en la Argentina.
De acuerdo con los datos que dispone el juzgado de Campana, donde Esso posee una de sus dos destilerías, la petrolera no pudo justificar el destino de una importación temporaria de 14.900 toneladas de petróleo. Esso, que posee alrededor del 15 por ciento del mercado argentino de combustibles, no extrae petróleo en el país, sino que lo importa de otras plazas para después refinarlo. Parte del combustible refinado se destina al mercado local y otra parte se reexporta. Precisamente por esta última razón, una porción de las importaciones asumen el carácter de “temporarias”, lo que, entre otros potenciales beneficios, evita el pago del grueso de las cargas aduaneras.
Las casi 14,9 mil toneladas de crudo “perdidas”, que los investigadores creen que se destinaron a consumo en el mercado interno, eran parte de un cargamento de 45 mil toneladas que ingresaron al país provenientes de Brasil en el buque tanque “Potengi”. Dado el calado de la nave con carga completa, parte del crudo necesitó ser alijado, es decir trasvasado a otra embarcación auxiliar, para reducir el calado del buque madre a fin de que éste pudiera ingresar por el Paraná, a través del canal Emilio Mitre, hasta el puerto de Campana. Para esto se realizaron dos alijes con un mismo buque, el “Río Grande”. Según datos aportados por la PNA, el primer alije de 10.400 toneladas fue declarado el 23 de marzo de 2002 y el segundo, de 14.900 toneladas, al día siguiente. El dato que llamó la atención de los investigadores es que la navegación entre la zona Charly del Río de la Plata, donde se realizó el trasvasamiento, hasta el Puerto de Campana, sumado el regreso, demanda alrededor de 60 horas. Además, en esta terminal portuaria sólo se detectó el registro de la entrada del “Potengi” con 20.500 toneladas, y del “Río Grande”, con 10.400. La hipótesis que consideran los investigadores es la existencia de un tercer alije que habría desviado las 14.900 toneladas faltantes. Este volumen representa la tercera parte del cargamento. Para tener una comparación, el “Potengi” es un buque similar al que días pasados ingresó al país con fuel oil proveniente de Venezuela.
A fines del año pasado, cuando se conoció el faltante, el titular de la DGA, José Sbatella, había considerado que no podía descartarse el estar frente a un modus operandi de ingreso de combustible con el objeto de eludir al fisco, no sólo las cargas de importación, sino también el IVA y los impuestos internos en las distintas etapas de la comercialización, sin duda un incentivo suficiente como para asumir el riesgo.