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“Yo trataba de reflejar el alma que puede emanar la ropa”, dice José Luis Santalla. “Esta era la prenda con la que me unía a mi chica, ya estaba raída porque la usaba a diario y tenía mucha carga, pero la iba a tirar –explica el fotógrafo español–. Estaba de vacaciones, en la casa de un amigo catalán, y decidí poner la camisa en la terraza de esa casa de campo, hecha con andamios de railes de tren. Me veía a mí mismo reflejado en esa prenda hasta un extremo que me hizo fotografiarla.” No sabe por qué compuso esa imagen en la que la camisa aparece estrujada. “Para mí era una despedida que retrata esa fuga o ausencia de los cuerpos”, añade Santalla. Aunque no es su foto preferida, algo de la emoción que proyectó en esa foto llega a los espectadores. En los distintos lugares donde se exhibió se convirtió en una de las favoritas. “Quizá la gente se haya enganchado con la historia que cuenta esa camisa”, piensa el fotógrafo.