La investigación del homicidio de Emanuel Alvarez, el joven hincha de Vélez asesinado el sábado y sepultado ayer, no tiene todavía pistas firmes para su esclarecimiento, pero el fiscal de la causa, Marcelo Retes, buscaba a un presunto testigo que aportó un confuso testimonio por radio. El ex árbitro Javier Castrilli, ahora funcionario de Seguridad del gobierno nacional, afirmó que Alvarez había tenido una discusión, desde la ventanilla del micro que lo llevaba hasta el estadio de San Lorenzo, con un hincha del club de Boedo que manejaba un Fiat Duna blanco, pero descartó que de allí hubiera partido el disparo. El entrenador de Vélez, Hugo Tocalli, y varios jugadores del plantel asistieron al entierro de Alvarez, en el cementerio de la Chacarita.

Los investigadores descartaron la versión de una socia velezana sobre “el atacante con la camiseta de San Lorenzo que tripulaba una camioneta Fiat”. “Para que la bala diera en la víctima según la posición que brindó la testigo debería haber pegado primero en un elemento metálico, rebotar en otra dirección y luego dirigirse al pecho de Alvarez”, sostuvo una fuente de la investigación. También se duda del calibre de la bala, “que tuvo un recorrido ascendente-descendente”, por lo que se la envió para realizar una pericia. “Podría ser de 635 o de 22”, indicó una fuente tribunalicia.

Castrilli afirmó haber hablado con testigos que dijeron que Alvarez discutió con el conductor de un Duna blanco, pero que la agresión no partió de allí. Descartada esa versión, las teorías sobre la forma en que se produjo el asesinato son ahora tres: que el disparo partió del predio deportivo del club Huracán denominado la Quemita, de la parrilla que está enfrente de ese predio o de unos pastizales cercanos.

El fiscal Retes buscaba ayer a un presunto testigo, que dio un sorprendente testimonio del asesinato. Un hombre de edad, que dijo llamarse “Juan” y ser jubilado, relató en La Red que estaba en la Quemita “tomando sol” y que “aproximadamente a las 15.35” sintió ruido fuera del predio. Contó que en principio creyó que eran hinchas de San Lorenzo, pero luego se dio cuenta de que gritaban “Fortín, Fortín”. “Sentí unas corridas de 15 a 20 muchachos. Escuché petardos, pero no eran petardos”, relató. “Había uno con una remera sin mangas con el escudito de Huracán”, señaló, y que “tres estaban armados”. Dijo que uno tenía “un revólver chiquito”, que luego identificaría como una “22”, uno de los posibles calibres de la bala que mató a Alvarez, que otro tenía “una pistola plateada y otro una 38”. Luego confió que ante la tensa situación sólo atinó a decir: “¡Cómo le dieron!”. Y que uno de ellos respondió: “Para que no se olviden de la Quemita”. El hombre relató que luego fue a jugar al fútbol y les avisaron que se venían hinchas de Vélez porque habían matado a un hincha. “No imaginé que habría un muerto”, sostuvo. El testimonio no tiene validez si no es efectuado en el marco de la causa, por lo que la fiscalía lo buscaba ayer para que hiciera la declaración oficial.

Los restos de Alvarez, de 21 años, fueron sepultados ante la presencia de unas trescientas personas, entre ellas el entrenador Hugo Tocalli y los futbolistas de Vélez Sergio Sena, Damián Escudero, Hernán Pellerano, Maximiliano Bustos, Mariano Uglessich y Sebastián Peratta.