“No es nada novedoso”, coincidieron los legisladores opositores, que ningunearon el Plan de Seguridad del jefe de Gobierno porteño al punto de preguntarse si realmente existe. Sin embargo, la mayoría apoyará la iniciativa del PRO con tal de que la ciudad tenga policía propia y mayor autonomía (aunque no sepan cómo planea lograrlo Mauricio, más Macri que nunca). Entre dudas y sospechas, los legisladores también criticaron la idea de que esta fuerza paralela reporte a la Policía Federal, con quien compartiría jurisdicción, y mostraron preocupación por sus futuros integrantes con tanto “sin gorra” dando vuelta.

“Lo de iluminar, recuperar el espacio público y poner cámaras es algo que se venía haciendo desde la gestión de Fernando de la Rúa. Sigo esperando el plan porque lo único que vi fue pura parafernalia”, aseguró Diego Kravetz, del Frente para la Victoria. Su compañera de bloque Silvia La Ruffa recordó que ella también había presentado un proyecto para crear una policía metropolitana y saludó el debate, siempre y cuando Macri aclare “para qué quiere la policía, con qué restricciones y cómo se los va a controlar”. De paso, cargó contra el jefe de Gobierno por hablar de prevención social del delito “sin tener en claro en qué consiste el concepto” y deslizó sus sospechas sobre la mano de obra policial desocupada a la que acudiría el PRO para formar la “nueva” policía. “Macri me da miedo”, se sinceró.

Para la legisladora Verónica Gómez, del Partido Socialista, el PRO se “echó para atrás”. Lo ideal, comentó, hubiera sido aceptar el traspaso de la Policía Federal sin los recursos económicos. “Si no seguís dependiendo del gobierno nacional”, agregó la socialista, quien aseguró que su partido va a acompañar la iniciativa “en general” porque apoya la autonomía, aunque prevé “conflictos interjurisdiccionales”. “No quedó claro de dónde va a salir la plata para pagarles, nosotros no vamos a permitir que se toquen los recursos destinados a las políticas sociales”, adelantó. Su jefe político, el diputado Roy Cortina, dijo sentirse “decepcionado” por la iniciativa que en su opinión no contempla un plan integral de prevención. “Nada de lo que planteó soluciona el problema de la ciudad –evaluó–; lo único positivo es que exista un comando único y centralizado para recibir denuncias.”

La crítica más dura provino de Martín Hourest de la Coalición Cívica. El legislador afirmó que “no hay tal plan de seguridad” porque no existen condiciones previas. Su argumento consta de cuatro puntos: “Primero, falta un mapa del delito; segundo, no hay una coordinación entre todas las fuerzas que operan en el territorio (la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura); tercero, falta establecer la jurisdicción y por último no hay regulación de la seguridad privada”. Además, acusó al macrismo de “apilar” políticas sociales viejas, “que no están actualizadas ni parecen tener una visión integral al respecto”. Aunque todavía no consultó con sus compañeros de bloque, Hourest dijo que espera que aparezca “un plan serio y sustentable” para votar y recordó: “Nosotros fuimos los primeros en reclamar el traspaso de la policía”.

El ex jefe de Gobierno de la ciudad y actual legislador porteño, Aníbal Ibarra, consideró que “Macri sabe que la creación de una policía propia sin un marco de entendimiento con la Nación es inviable”. Por medio de un comunicado, Ibarra acusó a Macri de “escudarse” en que no le quieren transferir la policía con fondos y explicó que la Nación ya aumentó la coparticipación de la ciudad. “Antes del 2003 sólo recibía una suma fija de 157.000.000 de pesos, pero a raíz de otorgarse una suma porcentual de coparticipación, esa suma se elevó a 1.200.000.000 de pesos, es decir, casi diez veces más que lo que se recibía hace apenas algunos años”, comparó. La duda que persiste es cómo afectará la presencia de dos fuerzas policiales a los pizzeros porteños, acostumbrados nutrir a los efectivos.