“El día que crea que no tengo que estar, me voy a ir. Pero yo no renuncié, ustedes son los que dicen que yo voy a renunciar.” Dirigida a algún sector del periodismo, la primera frase que tiró Claudio Borghi luego del entrenamiento de Independiente en Villa Domínico marcaba una clara realidad: se queda. Es que después de la derrota contra Lanús, su permanencia en el cargo fue motivo de discusión. Pero el mismo técnico se encargó de desmentir los rumores. “Cuando terminó el partido, sólo pedí opiniones. Hablé con los dirigentes, con los jugadores, y todos coincidimos que tenemos que seguir. Quiero quedarme y darlo vuelta”, remarcó Borghi, que aseguró que tiene “un plantel importante que debería estar más arriba”, y quien además, descartó la idea de que el próximo partido contra Huracán sea “crucial” para determinar su continuidad.

Las dos derrotas consecutivas y los 10 puntos de diferencia con el líder, San Lorenzo, pesan. Sin embargo, con el expreso apoyo del presidente Julio Comparada, el entrenador mantiene la calma. “Estamos tranquilos, pero a veces los resultados no se dan. Igualmente, no es algo que nos pase a nosotros solos. Hay equipos grandes que sufrieron resultados adversos y están debajo nuestro”, dijo el entrenador, quien analizó el duro presente que le toca atravesar. “Es un campeonato raro e irregular. Para colmo, estamos cometiendo muchos errores que no son normales. Si hubiésemos podido manejar mejor los triunfos parciales que terminaron siendo empates, hoy estaríamos punteros con San Lorenzo”, puntualizó.

De todos modos, reconoció que en una situación tan espesa como la que se vive en Independiente –con silbidos y banderas en contra del funcionamiento del equipo– la salida del técnico sirve para descomprimir la situación. “El entrenador es una presión grande para los jugadores. Se habla más de mí que de ellos y esto no ayuda”, consideró Borghi, aunque inmediatamente remarcó que su intención no era renunciar. “A mí no me gusta defraudar. Nunca me gustó. El día que me guste es porque no tengo las ganas suficientes. Pero éste no es el caso, así que voy a seguir.”

Respecto de sus futbolistas afirmó que no tiene reclamos. “No tengo ninguna queja de ningún jugador. Si las tuviese, estaría en mi casa tomando mate. El día que vea que alguien no hace lo que tiene que hacer, me voy”, manifestó, al mismo tiempo que sostuvo que posee “un plantel importante que tendría que estar más arriba” en el torneo Apertura.

–Pero, ¿por qué no logra conseguir eso, cuáles son los errores? –le preguntó PáginaI12.

–De los problemas del equipo hablo en el ámbito privado con los jugadores. Igual es cierto que estamos recibiendo goles que no son normales y que nos está faltando concentración. Pero prefiero charlarlo personalmente con ellos, que pienso que pueden jugar mucho mejor.

–Entonces no pierde la esperanza.

–Para nada. Este campeonato es tan irregular que con un par de triunfos te metés de nuevo en la pelea por el título. Es un torneo tan raro que puede pasar cualquier cosa. Además, no estamos tan lejos. Aunque, lógicamente, en nuestra situación, debemos conseguir buenos resultados con inmediatez.

Según un sector de la prensa, el margen de error del técnico se achica fecha tras fecha. Pero Borghi lo pasa por alto y demuestra que todavía está lejos de perder su ilusión. “Reconozco que en la vida de los entrenadores, los resultados son determinantes. Pero yo soy de los que piensan que el que no tiene sueños no merece vivir. Tal vez hoy mi sueño sea ganarle a Huracán el domingo y después repetir ante Colón en Santa Fe.”

Informe: Nicolás Sagaian.