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La tenista estadounidense Jennifer Capriati ganó por segundo año consecutivo el abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, tras superar en la final a la suiza Martina Hingis, triunfo que además la consolida como la número uno del mundo. Capriati, máxima favorita, se impuso 4-6, 7-6 (9-7), 6-2 sobre Hingis, tercera cabeza de serie, luego de levantar cuatro match points en el segundo set. Tras remontar esa desventaja, la estadounidense aprovechó su mejor resto físico en el último parcial y se quedó sin inconvenientes con el torneo tras dos horas y diez minutos de juego. De esa manera, se repitió el resultado del año anterior cuando Capriati también había vencido a la suiza en la final.
“Cuando gané el segundo set jugué con mucha más confianza el tercero, pero no podía olvidarme de que estuve cerca de perder el partido. Hingis casi consumó su venganza por la derrota del año pasado y si bien hoy le tocó perder, está jugando mucho mejor que antes y pronto ganará algo importante”, analizó la norteamericana. Capriati, de 25 años, estuvo muy cerca de perder el partido en el segundo set, cuando salvó un match point con el marcador 5-3 abajo y el saque de Hingis. Sin embargo, logró quebrar el servicio de la suiza y emparejar el marcador. Claro que Hingis dispuso de tres chances más para quedarse con el campeonato, una con el partido 65 y el saque de Capriati, y dos más en el tie break. En ese pasaje surgió la potencia y la decisión de la número uno, que se jugó en cada tiro y superó el difícil momento.
Ya en el último set, Capriati lució mucho más sólida que su rival, que aparecía agotada por el sofocante calor sobre el Melbourne Park. Tras quedar 2-1 abajo, Capriati se adjudicó cinco games consecutivos para repetir su logro del 2001. “Tenía mucha responsabilidad sobre mis hombros, quería retener el título y defender mi condición de número”, confesó Capriati, quien el año pasado se adjudicó también el segundo Grand Slam de la temporada, al coronarse en Roland Garros, Francia.
Hingis, tres veces campeona del abierto de Australia, en 1997, 1998 y 1999, y finalista en las ediciones de 2000, 2001 y 2002, indicó tras el partido que seguirá luchando por ganar un torneo de Grand Slam, algo que no consigue desde hace tres años. “Ofrecí lo mejor dentro de la cancha y a pesar de la tristeza que siento por haber perdido, seguiré adelante hasta volver a llevarme un torneo importante”, remarcó la suiza, que lloró durante algunos minutos tras perder la final del torneo.