Presionado por los dirigentes de Boca, Carlos Ischia terminó firmando ayer la rescisión de su contrato como entrenador, algo que los directivos buscaban luego de la goleada sufrida frente a Racing el último domingo. El acuerdo se alcanzó tras una hora y media de reunión en la sede del club, de la que participó la denominada mesa chica de la comisión directiva, de la que forman parte el presidente del club, Jorge Amor Ameal, y los dirigentes José Beraldi y Marcelo London y, por supuesto, el DT. En las dos fechas que restan del torneo Clausura el equipo será dirigido interinamente por el DT de la reserva Abel Alves (ver aparte), en tanto que se espera el arribo de Alfio Basile, quien ya habría llegado a un acuerdo de palabra con el manager deportivo del club, Carlos Bianchi.

Ischia dirigió ayer la práctica y se despidió de los jugadores con un “hasta mañana”, pero sus horas en Boca estaban más que contadas. La derrota frente a Racing provocó la reacción de varios dirigentes, para quienes el acuerdo al que habían llegado con el DT apenas tres semanas atrás se volvió “insostenible”. El dirigente Marcelo London, del departamento de fútbol profesional, fue el mensajero de la mala nueva. London se presentó ayer en Casa Amarilla y le entregó al entrenador los papeles de su liquidación de haberes para que éste los hiciera revisar por su contador. El miedo de los dirigentes era que Ischia no aceptara –como lo hizo en cuatro oportunidades anteriores– el ofrecimiento del club.

Ayer, al término del práctica, el DT dialogó con su ex compañero de trabajo y actual manager del club en el estacionamiento del club, por la tarde se dirigió al club para reunirse con los directivos y ponerle fin a la agonía a la que venía siendo expuesto debido a los malos resultados del equipo en el torneo local y la eliminación de la Copa Libertadores en octavos de final. “Hemos rescindido el contrato de común acuerdo. Nosotros respetamos al ser humano y por eso queríamos alcanzar un buen acuerdo”, explicó Ameal tras la reunión. Ischia, en cambio, se fue sin formular declaraciones.

Con la determinación con que se movieron los directivos, poco espacio le quedó a Bianchi para asegurarle a Ischia que se cumpliera el arreglo de palabra al que había arribado con la dirigencia cuando ésta decidió apartarlo de sus funciones seis meses antes de que se cumpliera su contrato, vigente hasta diciembre de este año.

El manager está abocado a las conversaciones con el próximo entrenador, Alfio Basile, con quien está trabajando la cuestión contractual y económica, así como la cuestión de los refuerzos. En ese punto, el Virrey tendría pensado viajar a Italia para finiquitar el pase de Lucas Viatri al Siena y para formalizar el préstamo de Gabriel Paletta al Palermo, ambos clubes del fútbol italiano.