DEPORTES
Khadaffi, hombre fuerte del fútbol
Al-Saadi, el hijo de Muammar, está por comprarse la Lazio. Ya tiene acciones de la Juventus y quiere el Mundial 2010.
Por Pablo Vignone
Al-Saadi Khadaffi, el hijo del líder libio Muammar Khadaffi, pisa fuerte en el fútbol mundial. A sus acciones en la Juventus, la empresa futbolística del grupo Agnelli, el más importante de Italia, le sumará en las próximas horas la propiedad de la Lazio, el tradicional club romano, cuyo dueño, el industrial Sergio Cragnotti, enfrenta la quiebra de su grupo, el Cirio del Monte. Khadaffi, que como presidente de la Federación Libia de Fútbol tuvo como técnico de su seleccionado a Carlos Salvador Bilardo, ya había comprado un 3,24 por ciento de las acciones de la Lazio el pasado lunes 4 y hoy cerrará trato para hacerse cargo de la compañía, en cuyo equipo juegan los argentinos Claudio López, Diego Simeone, Juan Pablo Sorín y Lucas Castromán, a cambio de 150 millones de euros. Esa misma semana, Saadi hizo pública la voluntad de postular a Libia como organizador del Mundial 2010, que se jugará en Africa, asegurando en una nota publicada por el Financial Times que contaba para la empresa con el apoyo de Italia... y de la Argentina.
Amigo de Diego Maradona, al que invitó a su casamiento en Trípoli, AlSaadi Khadaffi ya había ingresado en la Lazio el 4 de noviembre último comprando un 3,24 por ciento de los valores de esa sociedad, a través de Libyan Arab Foreign Investment Company (Lafico), la administradora de fondos de su familia, la misma que en enero compró por 6 millones de dólares un 5 por ciento de las acciones de la Juventus. En su carácter de miembro del consejo de administración del club turinés consiguió en agosto que la final de la supercopa italiana, entre la Juventus y el Parma, se jugara en Trípoli.
El hijo del líder libio es un personaje singular. Es al mismo tiempo jugador y presidente del club El Ittihad, lo que le permite ser también presidente de la federación de fútbol de su país y mediocampista ofensivo del seleccionado de Libia. Desde ese cargo fue que contrató a Bilardo como entrenador de la selección; Maradona le había recomendado como preparador físico nada menos que a Ben Johnson, el canadiense que ganara dopado los 100 metros llanos en los Juegos de Seúl de 1988.
Al-Saadi estuvo en la Argentina el año pasado, cuando llegó sorpresivamente para asistir al Congreso Extraordinario de la FIFA en junio de 2001. Retratado junto a Bilardo, se llevó una sorpresa cuando el juez Claudio Bonadío ordenó allanar su habitación en el hotel Alvear para incautar las dos pistolas nueve milímetros y la ametralladora liviana con la que los custodios del hijo del líder libio habían entrado al país.
La crisis de la Cirio del Monte se precipitó la semana pasada, después de que la empresa de Cragnotti registrara pérdidas por más de 80 millones de dólares en los primeros nueve meses del año y el viernes 8 declarara el default de su deuda de 691,5 millones de dólares. Cragnotti anunció entonces la venta de varias de sus compañías, incluida la Lazio, de la que es el principal accionista, y Khadaffi fue el primero en postularse: su jefe de prensa en Italia, Gianluca Di Carlo, confirmó temprano en Roma el interés del libio.
Cragnotti estableció el precio del club, que comanda desde 1992, en 150 millones de euros. Al-Saadi contestó que la cantidad exigida por el dueño de la Lazio es excesiva, pero se mostró inclinado a negociar. Una versión aseguraba que el trato fue cerrado cuando Lafico compró las primeras acciones el lunes 4.