SOCIEDAD › SE LANZA UN OPERATIVO CON ESTUDIANTES Y EL EJERCITO
Al rescate de los más hambrientos
El “Operativo Rescate”, comandado por Chiche Duhalde, se lanza el próximo lunes en Tucumán, con el objetivo de relevar las necesidades casa por casa. Intervendrán las ONGs, estudiantes universitarios y hasta el Ejército. En Tucumán murió otro nene.
Por Alejandra Dandan
Para los tucumanos es casi una virtual intervención a la provincia. Para la esposa del presidente, Hilda González de Duhalde, es un “operativo rescate”. Desde el lunes próximo, parte del gabinete de Emergencia Social pondrá los pies en la provincia de Julio Miranda para iniciar un conteo “puerta por puerta” de los casos más críticos de hambre. Para el rastrillaje serán convocados distintos sectores, desde estudiantes universitarios hasta el Ejército. Para los tucumanos esta poderosa ayuda suplementaria es el primer paso de lo que –sospechan– es una virtual intervención que puede terminar con el desplazamiento de varios funcionarios. En tanto, la lista negra del hambre no se detiene. Mientras en varias regiones del país siguen denunciándose casos de desnutridos, en Tucumán ayer murió otro nene de 9 meses, el décimo en estas dos últimas semanas.
El programa de rescate en Tucumán estará en manos directamente de Chiche Duhalde. El lunes, cuando obtenga el alta médica por la afección que la obligó a hacer reposo, la esposa del Presidente se trasladará a la provincia para encabezar las reuniones con los distintos sectores de la sociedad civil y no civil que se sumarán al censo. Esas organizaciones, de acuerdo al modelo de trabajo, serán las que lleven adelante las entrevistas para hacer un diagnóstico real sobre la intensidad de la crisis. Para la primera dama, la estructura fuerte del andamiaje serán básicamente las ONGs y no, tal como pareció en algún momento, las manzaneras: “No habrá manzaneras –aclaró una fuente del ministerio–, las condiciones políticas y sociales son distintas: cuando nosotros organizamos a las manzaneras en la provincia de Buenos Aires no estaba esta emergencia económica”.
Los equipos de rescate aún no están formados, pero participarán de ellos varios sectores. Habrá representantes de Cáritas, de las iglesias evangélicas, de las universidades, de la Asociación de Pediatría y organizaciones no gubernamentales. También serán convocados 120 médicos y 200 agentes sanitarios. Además del Ejército que, de acuerdo a la información, no fue convocado: “Se ofrecieron ellos de forma voluntaria”, indicaron.
Esta red tendrá una función inicial: la de establecer un diagnóstico sobre el poco más de millón de habitantes tucumanos. Recogerán la información a través del rastrillaje casa por casa. Chiche Duhalde estará una semana para organizar ese trabajo y las redes de asistencia. Esa estructura servirá más tarde para canalizar la ayuda social enviada por el Estado y desarticular los canales de circulación actuales que, de acuerdo a la hipótesis de Nación, no sirven para atender el tipo de desintegración social que vive la provincia. “Enviar una bolsa de alimentos y no hacer nada es lo mismo, ese modelo –explican en el ministerio– en estos casos no sirve porque las familias con hijos desnutridos probablemente tampoco tengan el dinero para pagarse un trasporte hasta el lugar donde están las cajas de ayuda.”
El fracaso en la distribución de fondos en Tucumán no sólo parece responder a ese grado de disolución social. Varios sectores denunciaron que la ayuda enviada no llegaba a destino o cuando lo hacía seguía los caminos del clientelismo político. En febrero de este año, un grupo de diputados tucumanos le envió una carta Chiche Duhalde denunciando ese estado. “Tras el anuncio del Programa de Emergencia le pedimos una reunión trasmitirle la necesidad de que la distribución de ayuda se hiciera con una red formada por las ONGs y la Iglesia”, dice ahora José Vitar, uno de los diputados del ARI por Tucumán. Por los antecedentes, ellos estaban convencidos de que la ayuda no llegaría: “Queríamos trasmitirle información –dice Vitar– sobre corrupción y el uso clientelar de los bolsones de alimentos que el gobierno de Julio Miranda había convertido en una práctica común”. La reunión nunca se hizo y la denuncia, según Vitar, no se investigó. A lo largo del año la Nación siguió enviando recursos, entre ellos leche fortificada. Las cantidades deberían haber alcanzado –explican– “para cubrir el 100 por ciento de la demanda del objetivo crítico”. Los indicadores de desnutrición actuales indican que el objetivo crítico tal vez está peor que a comienzos de año y mucho peor aún que años atrás. Alejandro O`Donnell, uno de los especialistas en nutrición infantil de Buenos Aires, hace un análisis tomando como referencia los indicadores de mortalidad infantil anteriores al 2000: “Venían cayendo en un dígito y medio todos los años hasta ese momento”. En Tucumán pasaron de 22,2 por mil en el 2000 a 25,2 por mil en el 2001. La proyección para este año es de 28 por mil: “Números similares –sigue O`Donnel– a los de Perú, Paraguay o Colombia”.
En sus especulaciones todavía no entra el Africa, donde son comunes, por ejemplo, las muertes por desnutrición de tipo proteico. Ayer en el Hospital de Niños de Tucumán murió un chico con kwashiorkor, un cuadro producido por la desnutrición proteica. Este nene de 9 meses era de Los Vásquez, una localidad ubicada a viente minutos del centro de San Miguel de Tucumán. Estaba internado en el Hospital de Niños desde el 8 de noviembre con un cuadro de desnutrición agudo: “Tanto que ya ni tenía proteínas”, explica ahora Juan Mesaguer, el coordinador de los Centros de Salud Primarios de la provincia. Hasta este momento, los casos de kwashiorkor en la provincia eran excepcionales, se registraban unos cuatro o cinco al año. Para Mesaguer este caso no es uno más, está marcando un cambio: “Es un indicador –dice– de que todo esto está cada vez más grave”.