Desde Barcelona

Eufórica, extasiada, Barcelona se entregó a una larga noche de fiesta tras confirmar que es dueña de un incalculable tesoro futbolero: Lionel Messi. “No diga fútbol, diga Messi”, tituló Sport a propósito del 4-1 sobre el Arsenal en la Champions League. No hay sinónimo más contundente hoy que el argentino a la hora de hablar de fútbol. Sus 22 años y 169 centímetros acumulan ya 39 goles esta temporada, uno más que en la pasada. Sólo en el último mes marcó 15. Messi viene demostrando en los últimos tiempos que es un insaciable, pero también que no está dispuesto a guardarse nada.

Ayer los convirtió de todos los colores: de zurda y de derecha, por encima del arquero y entre sus piernas, con golpe franco al arco o con un tiro esquinado. El Camp Nou, el mismo templo del fútbol que vio jugar a Johan Cruyff y Diego Maradona, está enamorado de Messi.

Se fue del partido con la pelota bajo el brazo, justo premio al jugador que logró lo que ningún barcelonista desde que en 1992 naciera la Champions League: meter cuatro goles, algo que además nadie había hecho en un partido de eliminatoria directa en el torneo.

Con Wayne Rooney lesionado, Messi encara la recta final de la temporada como el goleador más espectacular del momento en la primera línea del fútbol europeo. Es gran candidato al Botín de Oro, y motivaciones no le faltan, porque el Real Madrid espera el sábado por la Liga y el Inter (el otro semifinalista, tras vencer ayer 1-0 al CSKA en Moscú) en dos semanas.

Pero no sólo los grandes retos mueven a Messi: también los cotidianos lo motivan. Una apuesta con José Manuel Pinto, el arquero suplente del Barcelona, lo está impulsando en su imparable racha goleadora. “Antes de empezar la Liga, Pinto me jugó una apuesta y por eso sé cuántos goles voy marcando”, contó. “Pinto me dijo que no iba a alcanzar los goles que metí la temporada pasada”, relató Messi, que normalmente no lleva un registro tan personal de los goles que anota. No es así ahora, porque respondió sin dudar a la pregunta: “Llevo 26 en Liga, ocho en Champions, uno en Copa, dos en Supercopa y dos en el Mundial de Clubes”. Ganar la apuesta fue la razón de que Messi celebrara su espectacular cuarto gol buscando a Pinto en el banco. Pero no quiso elegir una conquista en especial entre las cuatro que logró. “Lo importante es hacer goles”, dijo.

Messi dijo sentirse cómodo en la posición de mediapunta en que jugó. Suele jugar por la derecha, aunque Josep Guardiola, el entrenador del Barcelona, sorprende cada tanto moviéndolo al centro del ataque. “Quizás en esa posición tenga más contacto con la pelota, estoy más cerca de Xavi, de Andrés (Iniesta), por eso participo más.” “Messi es uno de esos futbolistas que sale cada 25, 30 años”, lo elogió Xavi.

Messi brilla por encima de todos. A fuerza de goles y talento, el duelo a distancia con el portugués Cristiano Ronaldo tiene cada vez menos razón de ser. Pero 2010 le exige un último esfuerzo, estar a punto para la Copa del Mundo. Es lo que esperan, sueñan, ansían los hinchas argentinos. Podrá perforar las redes de todo el continente, sumar más y más títulos, pero hay una meta que tiene entre ceja y ceja: ganar el Mundial con la Selección Argentina.