El mediopesado argentino Mariano Nicolás Plotinsky tratará esta tarde de inscribir su nombre en la larga y gloriosa lista de campeones mundiales del boxeo nacional. Pero no le será sencillo el intento. Desde las 16.30 y con televisación directa de TyC Sports desde Alsterdorf, Alemania, buscará el título de los mediopesados en la versión de la Organización Mundial ante el campeón alemán Jurgen Braehmer. Plotinsky no es un novato dentro de las doce cuerdas, tiene 34 años, y apuesta a su pegada para dar el batacazo.

La pelea, en verdad, a punto estuvo de ser cancelada. Los problemas surgidos en el tráfico aéreo en Europa demoraron hasta anteayer la llegada de Plotinsky a Alemania y el promotor del combate, Peter Kohl, pensó en reemplazarlo. Desde el año pasado, el púgil argentino centró su carrera en aquel país, pero para este combate, el más trascendental de su breve campaña de 19 combates, con 16 victorias, 8 antes del límite, y 3 derrotas, realizó su preparación en Buenos Aires, bajo las órdenes del técnico uruguayo Julio García.

Su victoria por nocaut en 11 asaltos ante el alemán Thomas Ulrich en 2009, por un título regional de la OMB, catapultó a Plotinsky al noveno puesto del ranking de la categoría. Y desde ese sitio intentará dar el gran salto apoyado en un par de manos pesadas. La apuesta es difícil pero no imposible. Braehmer, quien llega con un record de 35 triunfos, 28 por fuera de combates y 2 derrotas, no mostró dotes estimables cuando en 2008 perdió ante Hugo Garay por la corona de la AMB. Es un boxeador fuerte, de puños poderosos, y con el apoyo de Peter Kohl, en diciembre de 2009 obtuvo la chance de pelear por el título de la OMB ante el ruso Dimitri Sukhotsky, a quien batió por puntos en fallo unánime. Hoy hará su primera defensa ante Plotinsky, quien tiene un motivo más para pasar a la historia: de ganar, será el primer campeón mundial que la colectividad judía le entregará al boxeo argentino.