Lunes, 28 de junio de 2010 | Hoy
DEPORTES › EL TRIUNFO DE LA ARGENTINA ANTE MéXICO ABRE INTERROGANTES ANTE LO QUE SE VIENE EN CUARTOS DE FINAL
Hay que mezclar el encuentro de ayer con los partidos de la primera fase, el de Montevideo y el amistoso de marzo en Munich, barajar y dar de nuevo. En el duelo de cuartos de final hay que recuperar la posesión de la pelota.
Haciendo un poco de memoria, la imagen que dejó ayer la Selección tras el partido frente a México se parece mucho a la que había dejado en aquel encuentro clave para la clasificación frente a Uruguay en Montevideo y a la del amistoso más importante de los previos al inicio de Mundial, frente a Alemania, en Munich. La Selección ganó también esos partidos, logró si se quiere su objetivo, pero jugando mal, con una idea de juego discutible, casi sin protagonismo en la ofensiva, con un Messi aislado y obligado a retrasarse hasta la mitad de la cancha para buscar la pelota, regalando terreno a lo pavote, cediéndole la iniciativa al rival.
Lo curioso es que la Selección haya regresado a este registro después del auspicioso comienzo en el Mundial. Maradona lo explicó con pocas palabras: éste era un partido “chivo”. Lo preocupante es que de aquí en adelante todos los rivales serán cada vez mejores, como lo ha demostrado ayer, si ir más lejos, Alemania. El equipo de Joachin Löw jugó un gran partido frente a Inglaterra y consiguió su pasaje a cuartos de final con una goleada estupenda, en uno de los mejores cotejos que entregó hasta el momento Sudáfrica 2010.
La pregunta que nadie se animó a hacerle ayer a Maradona en la conferencia de prensa posterior a la victoria es si de aquí en más la Selección planteará los partidos de esta manera. Así lo hizo cuando se jugaba la clasificación directa en Montevideo, donde prácticamente no atacó y lo terminó definiendo con un gol agónico de Mario Bolatti; así lo hizo también en aquel amistoso frente a Alemania, con gol de Gonzalo Higuaín, en el que buscaba definir el carácter y el estilo de juego del equipo. “Este es un partido de cuartos de final”, dijo entonces Maradona, con ojo de buen cubero.
En estos encuentros decisivos, Maradona priorizó el orden en el equipo antes que el juego. Algo que, por ejemplo, no hizo en los tres partidos de la fase de grupos de este Mundial. También es cierto que frente a Alemania, ahora por los cuartos de final de verdad, después de lo que mostró ante el conjunto mexicano, la Selección no irá precisamente como candidata. Y eso es algo que, seguramente, a este equipo de Maradona no le vendrá nada mal.
Como punto fue a jugar en Munich y la verdad es que le alcanzó con poco para imponerse frente a una poderosa Alemania que, con Ballack como abanderado, se había clasificado al Mundial como líder absoluto del Grupo 4 de las Eliminatorias europeas, con ocho triunfos y dos empates, con 26 goles a favor y tan sólo cinco en contra.
Cierto es que Alemania no cuenta hoy con Ballack, quien se quedó afuera del Mundial por lesión; pero apareció Mesut Ozil, el habilidoso volante zurdo, que sumado a los veloces y contundentes delanteros Lukas Podolski y Miroslav Klose hicieron temblar ayer a la experimentada defensa inglesa, como en el debut habían hecho temblar a los defensores australianos.
No caben dudas de que la mayor debilidad del equipo argentino es la defensa. Maradona no parece haber encontrado el equilibrio en esa línea: ya probó con cuatro centrales (en Montevideo, en Munich y ayer frente a México), con tres centrales y un marcador de punta (ante Nigeria, Corea del Sur y Grecia). Incluso es probable que vuelva a cambiar figuritas para el próximo partido y que siga probando, porque todavía no ha encontrado la respuesta.
Obviamente, Alemania buscará profundizar esa grieta. El dilema que tendrá que resolver en estos días Maradona es cómo contrarrestar esto. Una posibilidad es plantear el partido como lo hizo en Munich y apelar acaso a la suerte, a un contraataque salvador (como no lo tuvo nunca ayer); la otra, mucho más atractiva, es apostar al juego, a las ideas ofensivas, a tratar de imponer la ductilidad y la potencia de los mejores exponentes del equipo: la brillantez de Messi, la frialdad de Higuaín, el corazón de Tevez. Claro que para eso el equipo tiene que querer tener la pelota y, para bien o para mal, dársela siempre a los que saben.
3- ARGENTINA
Romero; Otamendi, Demichelis, Burdisso, Heinze; M. Rodríguez, Mascherano, Di María; Messi, Tevez, Higuaín.
DT: Diego Maradona.
1- MEXICO
O. Pérez; Osorio, F. Rodríguez, Márquez, Salcido; Guardado, Juárez, Torrado; Dos Santos; Bautista, Hernández.
DT: Javier Aguirre.
Estadio: Soccer City (Johannesburgo).
Arbitro: Roberto Rosetti (Italia).
Goles: 25m y 51m, Tevez (A); 32m, Higuaín (A); 70m, Hernández.
Cambios: 46m, Barrera por Bautista (M); 61m, Franco por Guardado (M); 68m, Verón por Tevez (A); 78m, J. Gutiérrez por Di María (A); 86m, Pastore por M. Rodríguez (A).
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