Lunes, 28 de junio de 2010 | Hoy
DEPORTES › OPINIóN
Por Sebastián Fest
Fue un grito en dos actos separados por poco más de cuatro horas: abochornado por dos actuaciones arbitrales que superaron la frontera de lo insólito, el fútbol mundial pide en voz alta la ayuda de la tecnología. Sucedió ayer entre las 16.38 en Bloemfontein y las 20.59 en Johannesburgo, una tarde-noche de pesadilla para la FIFA, nuevamente en la mira por su cada vez más discutible negativa a aprovechar algunas de las ventajas que el siglo XXI le ofrece al deporte. Dos árbitros, el uruguayo Jorge Larrionda y el italiano Roberto Rosetti, cuatro países –Inglaterra, Alemania, Argentina y México– y 135 mil personas entre los dos estadios se vieron involucrados en un domingo que marcará al fútbol.
“¡Usen la tecnología!”, clamó tras la derrota 4-1 ante Alemania Frank Lampard, el mediocampista inglés perjudicado por el primer acto del bochorno arbitral en los octavos de final. La FIFA, que no podía imaginar lo que sucedería por la noche, reaccionó una hora después del choque con un comunicado lapidario: nada de tecnología en el fútbol.
“En cuanto a la tecnología de la línea de gol, sigue vigente la posición de FIFA, acorde con la decisión tomada por el International Board en marzo”, dijo sobre la negativa del ente responsable de las reglas del fútbol. En su última sesión en marzo, el International Board decidió descartar el chip en el balón y la ayuda de las imágenes de video, que hubieran evitado el error de Larrionda.
Sí se decidió seguir probando con los árbitros de meta, situados junto al arco y que tras ser probados en la Europa League la pasada temporada estarán también la próxima campaña en la Champions League en los choques de la clasificación para la Eurocopa de 2012. El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, deslizó ayer que podrían estar en el próximo Mundial de Brasil 2014.
En opinión de Lampard, llegan tarde. Sostener que el “error” forma parte del fútbol, incluso de su belleza, con lo sucedido se le torna cada vez más difícil al presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
El estadio Soccer City de Johannesburgo, que albergará el 11 de julio la final, mostró un césped tan amarillento y raleado como el prestigio de los arbitrajes. Lo que siguió al primer gol de Carlos Tevez fue un pequeño gran bochorno mundialista, con toda la selección mexicana reclamándole al línea la evidente posición adelantada. Tras más de dos minutos de dudas y consultas –en teoría nadie debería haber ayudado al árbitro pasándole información de lo que se vio en los monitores del estadio–, Rosetti convalidó el gol. Aunque a la FIFA se le escapó algo: la pantalla gigante del estadio mostró la polémica jugada, algo que siempre se intenta evitar.
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