DEPORTES › REMENDADOS, BOCA Y RIVER SE MIDEN ESTA NOCHE EN MENDOZA
Se va el primer superclásico 2003
No sería un partido para entusiasmarse: faltan muchos titulares, los equipos están duros todavía, Bianchi sólo lleva diez días trabajando... Pero, pese a las circunstancias, un Boca-River siempre resulta atractivo, aunque sea un simple partido de verano.
Por A.G.
Llegó el tiempo del primer superclásico del 2003. A menos de diez días de haber comenzado la pretemporada, en Mendoza ambos equipos se verán las caras por primera vez en el verano, situación que se repetirá la semana que viene en Mar del Plata y el 7 de febrero otra vez en la capital cuyana. Para esta ocasión, ante la ausencia de varias de las principales figuras de los dos conjuntos afectados a las distintas selecciones, el principal atractivo del encuentro pasa por el regreso en un clásico de Carlos Bianchi a la dirección técnica de Boca.
Con una mirada diferente afrontarán este partido los dos cuerpos técnicos. Mientras que Manuel Pellegrini aseguró que un clásico nunca se puede calificar como amistoso, por lo que dispondrá de su máximo potencial, del otro lado Bianchi señaló que su prioridad es preparar el equipo para las competencias oficiales. De esa manera, para el entrenador de Boca, el acondicionamiento físico de sus jugadores está por encima de cualquier resultado. Más allá de las palabras, Bianchi también colocará en la cancha a los mejores hombres con los que cuenta por el momento. Incluso, para que todos sus jugadores tengan el mismo ritmo y no sufran un excesivo desgaste, en esta ocasión utilizará a algunos titulares que no jugaron ante San Lorenzo.
Lejos de la mesura de su técnico, Diego Crosa reflejó a la perfección el sentimiento de los futbolistas y de los hinchas. “Aunque sean partidos amistosos, todos queremos ganar, eso es lo importante y lo que está en nuestra cabeza”, indicó Crosa. Si bien el defensor boquense destacó la importancia de que ninguno de sus compañeros sufra alguna lesión que retrase la preparación, también dejó en claro que nadie se guardará nada.
“El jugador siempre quiere ganar, más allá de cualquier especulación posible. No importa que sea amistoso o por el campeonato, y más si el rival es River. Todos dejarán lo que se debe en este tipo de clásicos, de eso no tengo dudas”, afirmó Crosa.
Un discurso similar es el que se escuchó en el plantel de River. Esteban Fuertes fue muy clarito sobre las sensaciones que tiene el plantel respecto del compromiso de esta noche. “Aunque sea un amistoso, siempre querés ganarle a Boca”, destacó el delantero. Según su visión, la previa es diferente por más que no haya puntos en juego. “Encarás el trabajo con otro ánimo antes de este tipo de partidos”, comentó Fuertes.
En cuanto al plano futbolístico, River llega un poco más rodado, debido a que ya disputó dos amistosos contra sólo uno de Boca. En el debut, el conjunto de Pellegrini igualó 2-2 con San Lorenzo, aunque jugó bastante mejor que su rival. En la segunda presentación, la actuación no fue tan lucida, pero dio vuelta el resultado sobre el final para quedarse con la victoria 2-1 sobre Racing. En cambio, Boca sufrió bastante para empatarle sobre la hora 2-2 a San Lorenzo, en un partido en el que fue superado a pesar de jugar con un hombre más durante casi todo el segundo tiempo.
Esta edición del clásico será muy seguida también en Ezeiza. Es que varios de los habituales titulares de ambos equipos están afectados al trabajo de la Selección, pero viven el partido como si lo jugaran. Por eso, tanto Andrés D’Alessandro como Clemente Rodríguez (ver aparte) dieron su impresión sobre lo que puede suceder esta noche. “La historia de los últimos años se inclina un poco a favor de Boca, pero con estos partidos nunca se sabe. Los chicos están haciendo las cosas bien, están jugando bien al fútbol y cuando volvamos me parece que algunos vamos a hacer banco”, remarcó D’Alessandro. “Boca tiene que ganar sí o sí los superclásicos, ya sean por el campeonato o por los torneos de verano. Por lo menos, ésa es mi mentalidad cuando me toca jugarlos”, admitió Rodríguez. Si bien no hicieron apuestas, esta noche todos estarán sentados frente al televisor para ver a sus compañeros y esperar una alegría.