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Cuando faltan pocos días para el primer encuentro amistoso del 2003, los nuevos integrantes de la Selección Argentina de fútbol continúan evidenciando su asombro por estar ocupando un lugar que parecía inalcanzable. En ese marco, los jugadores mantienen sus expectativas con la mira puesta en el día del debut, ante Honduras, el próximo 31 de enero. Pero hay uno que verdaderamente está fascinado por entrenar en el predio de Ezeiza. Clemente Rodríguez, el lateral izquierdo de Boca, no deja de sorprenderse a cada minuto. Después de redondear un buen año en el Boca del uruguayo Oscar Tabárez, el defensor ahora puede disfrutar de lo que significa colocarse la camiseta nacional.
“Yo no lo podía creer cuando había llegado a Boca –destaca Rodríguez–, y mucho menos me esperaba esto, vistiendo la celeste y blanca. Sinceramente, el llamado fue una sorpresa. Creo que el último campeonato en Boca me ayudó para estar acá, y al técnico le deben gustar mis características y mis condiciones.”
A partir de ahora, las aspiraciones de Rodríguez seguramente tendrán otra dimensión: “Todavía no me puse una meta fija. Ahora trato de hacer las cosas bien para poder jugar, y si ese día llega, tendré que responderle al técnico. De esa manera voy a estar bien”. Y agrega: “Ojo que acá todos tratamos de hacer bien las cosas, para que en los partidos se pueda ganar sin complicaciones. Aunque sean tres partidos amistosos, nosotros pensamos en la victoria para poder darle una alegría a la gente, por más pequeña que sea”.
Con una distinta modalidad de trabajo, Rodríguez insiste en resaltar las diferencias con las tareas que venía realizando en Boca: “Lo que noto más distinto en el entrenamiento son los trabajos tácticos, donde se exige mucha marca. Como a mí me falta mejorar en ese aspecto, esto me viene bien para ir agarrando más ritmo”.
–Precisamente, cuando (Carlos) Bianchi regresó a Boca dijo que, por ejemplo, (Nicolás) Burdisso iba a practicar en la Selección todo lo contrario a lo que él pretende. ¿Con vos sucede lo mismo?
–Quizá Carlos dijo eso porque quedaron pocos marcadores centrales, y seguramente quiere que Burdisso esté ahí con él. Me parece que en mi caso no hay un trabajo muy diferente a lo que puedo hacer en Boca, por el hecho de que siempre me muevo por la franja izquierda. Igual, Carlos sabe que ésta es una oportunidad que no surge siempre.
En relación a la impresión que le causó encontrarse cara a cara con el enigmático Marcelo Bielsa, el defensor cuenta que “él es una persona que te mira y te observa mucho. Siempre trata de estar encima del jugador. Y como los trabajos son cortos y exigentes, trata de buscar de que tengas mucha precisión con la pelota”.
Si bien estos jugadores se desempeñan en su totalidad en el país, hay muchos que ni siquiera se conocían anteriormente. En esta nueva convivencia, Rodríguez señala que “en el equipo nos ayudamos mucho entre los jugadores, y eso nos servirá para salir adelante en el futuro. Todos tiramos para el mismo lado, y hay ganas de que al otro también le salgan bien las cosas”. Pero pensando en lo que puede suceder cuando estos hombres comiencen a mezclarse con los que se desempeñan en Europa, Rodríguez cree que “como ellos ya vienen jugando hace más tiempo, así adquirieron más experiencia, inclusive hay muchos que ya jugaron dos mundiales. Pero no creo que haya problemas con este grupo que se está formando ahora”.
La misión de este equipo continuará con otros dos partidos en Los Angeles, y luego en Miami. En consecuencia, para cuando llegue el final de ese viaje, Rodríguez sólo pretende “que todo salga bien para que la gente pueda entusiasmarse con esta Selección”.
Hace mucho tiempo no se imaginaba vistiendo la camiseta de Boca, y ahora, mientras se resuelve una probable transferencia al fútbol alemán,Rodríguez está muy cerca de convertirse en un privilegiado por lucirse en el seleccionado argentino.