Jueves, 30 de junio de 2011 | Hoy
DEPORTES › ROGER FEDERER, ELIMINADO EN WIMBLEDON EN CINCO SETS
La derrota ante Jo-Wilfried Tsonga, la primera en un Grand Slam habiendo ganado los dos primeros sets, habilita la cuestión.
Por Sebastián Fest
Desde Wimbledon
Durante más de un minuto, Roger Federer esperó paciente junto a su silla en el court central del All England Club. Jo-Wilfried Tsonga arrojaba muñequeras y toallas a la tribuna y no terminaba de acomodar las cosas en su bolso para poner fin de una vez a la pequeña tortura interior del suizo. Desde aquel servicio a 211 km/h que a las 16.23 de Londres selló el triunfo del francés 3-6, 6-7 (3), 6-4, 6-4, 6-4 en los cuartos de final de Wimbledon, millones de fanáticos comenzaron a acumular preguntas, aunque todas terminaban convergiendo en una: ¿Estamos viendo el final de una era? Federer, al borde de los 30 años, dice que no. “Creo que puedo seguir ganando Grand Slams. Si no, no estaría aquí”, respondió con seguridad tras una ventosa y fresca tarde. El suizo no sólo tiene un tenis de otro planeta, sino que también se comporta como un extraterrestre. Sonrió a su rival, al que felicitó y elogió.
Le hicieron todo tipo de preguntas, y a todas respondió extensamente y con paciencia. Salvo una, salvo ésa en la que le plantearon si, con su tenis fácil, con ese juego de aparente no-esfuerzo, no es esperable que gane él un quinto set y no que el premio se lo lleve Tsonga. “¿Cómo se explica eso?”, le dijeron.
La mirada de Federer fue un tanto flamígera. “Probablemente porque cuando perdía cuatro partidos al año ni siquiera llegaba a jugar cinco sets. Podría haber decorado de forma más interesante mis estadísticas situándome dos sets a uno abajo en cada partido y probablemente hubiera ganado de todos modos en cinco, porque era tanto mejor que los demás.”
Esa es la clave de Federer: que ya no es “tanto mejor” que sus competidores. Tiene un claro problema de mentalidad a la hora de enfrentar a Rafael Nadal, con el que cayó en 17 de los 25 partidos que jugaron. Novak Djokovic y Andy Murray lo vencen con frecuencia y otros, como ayer Tsonga, le juegan sin complejos y le ganan. Federer sufrió ayer su primera derrota tras 178 partidos de Grand Slam en los que, ganando dos sets a cero, siempre había alzado el brazo victorioso.
Nunca le había sucedido algo así, pero ni los tropiezos ni el crecimiento de sus rivales implican que Federer pueda pensar en dejar el tenis. De ninguna manera, aseguran aquellos que mejor lo conocen.
“Lo importante para Roger hoy es saber que puede llegar hasta las últimas instancias y competir con los mejores”, dijo Tony Godsick, el agente de Federer, que dice que el suizo jugará “15 años más”.
Federer da a entender que no está preocupado, aunque este año sólo haya ganado un título, aunque no gane un Grand Slam desde enero de 2010, aunque Nadal pueda reducir a 16-11 la diferencia en títulos grandes. “En mi entorno reaccionaron bien, vieron que intenté todo. No hay reacciones de pánico, se lo tomaron todos muy relajadamente. ¿Tenemos que cambiar algo si estoy jugando bien? No.”
Toda una síntesis del pensamiento del ex número uno, que pese a su tranquilidad probablemente deba revisar qué le sucede en los momentos importantes, porque a Tsonga lo había derrotado dos veces este año, en Doha y Roma, sin ceder ni un set. Fue en un gran escenario en el que llegó la derrota, aunque sea cierto que Federer jugó bien y que Tsonga fue un infierno con su servicio.
Tsonga juega la semifinal con Novak Djokovic, que venció a Bernard Tomic 6-2, 3-6, 6-3, 7-5. Rafael Nadal, que le ganó 6-3, 6-3, 5-7, 6-4 a Mardy Fish, protagonizará la restante semi contra Andy Murray, que superó 6-3, 6-4, 6-4 a Feliciano López.
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