Sábado, 2 de julio de 2011 | Hoy
DEPORTES › IMPONENTE Y CREATIVA FIESTA INAUGURAL
Por Facundo Martínez
Desde La Plata
El estadio Ciudad de La Plata, convertido en un estadio modelo, el único techado de Latinoamérica, se fue llenando tan lentamente, que cuando comenzó la ceremonia oficial todavía no estaba colmado como lo estuvo casi una hora después, cuando la Selección salió a la cancha.
De repente, las luces se apagaron para dar comienzo a un show audiovisual creativo e imponente. La idea fue igualar al fútbol con la Creación. Así, los cuatro elementos primordiales de la naturaleza –el aire, el fuego, la tierra y el agua– representados por cuatro bailarines, emergieron para darle vida a la presentación.
El espectáculo audiovisual se realizó a través de una novedosa técnica llamada mapping, la proyección de imágenes sobre distintas superficies, provocando en los espectadores una ilusión óptica impactante. El campo de juego, donde poco después la Selección se reencontró con un público eufórico, funcionó como un gran escenario virtual en el que los personajes, multiplicados en un centenar más de bailarines vestidos con telas oscuras y cubiertos de luces, actuaban y se desplazaban.
La propuesta temática fue un recorrido desde los orígenes del fútbol y su fuente de energía, la pasión, cuyo corazón fue representado por una gran esfera en la que se proyectaban las distintas imágenes: la pelota, la Copa, las banderas de todos los países participantes, y otras que simbolizaban la infancia, la juventud y el presente de la Copa América.
Para cuando comenzaron a desarmarse las lonas sobre las que se proyectó el espectáculo, los hinchas argentinos ya se hacían sentir, bombos, redoblantes y platillos incluidos. Todavía quedaban espacios vacíos en las plateas. En cambio, en las cabeceras, aún faltando más de una hora para el inicio del encuentro, no cabía ni un alfiler. Sobre un pequeño lugar de la cabecera sur, los hinchas bolivianos se hacían escuchar. Una gran bandera verde, amarilla y roja, rezaba: Evo-Cristina 2011.
El público agradeció con aplausos y gritos cuando los jugadores emergieron para el precalentamiento, tan necesario anoche; Messi se llevó una gran ovación, aunque la mayor fue para Tevez, quien enseguida escuchó el coro de hinchas con el clásico “Carliiiitooos...”. No fue igual para Carrizo, ponchado en un momento por el director de cámaras: su imagen se vio multiplicada en la pantalla multiled de cuatro caras colgada desde el techo sobre el centro de la cancha, y se pudieron escuchar algunos silbidos.
El frío no aflojaba y en la medida en que se hacía sentir, los hinchas se agitaban y cantaban: que Maradona es más grande que Pelé, que volveremos otra vez a ser campeones como en el ’86, que vamos vamos Argentina, que esta barra quilombera no te deja de alentar, que el que no salta es un inglés, todo un muestrario de un repertorio ya clásico.
Hasta Japón, que finalmente desistió de participar de la competencia, estuvo presente ayer cuando un grupo de jóvenes de la comunidad japonesa dio una vuelta olímpica alzando una bandera del sol naciente, provocando aplausos en señal de solidaridad por el terremoto y tsunami que azotó al país oriental.
Un momento poco feliz se vivió cuando, desde la cabecera norte, donde se escuchaban los bombos, redoblantes y platillos puestos a sonar por los integrantes de la barra, bajó una enorme bandera de propaganda política, con los colores argentinos, del candidato a gobernador Francisco de Narváez. Su mera aparición despertó insultos de la cabecera opuesta y unos minutos después fue recogida con la misma rapidez que los barrabravas suelen tener en los distintos estadios argentinos. En el palco oficial se vio al presidente boliviano, Evo Morales; al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y al gobernador bonaerense, Daniel Scioli.
Tras la ceremonia de los himnos nacionales, cantados por Soledad Pastoruti el argentino y el grupo Azul Azul el boliviano, la fiesta dejó paso al fútbol.
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