La magnitud del acontecimiento obliga a una organización especial. La presencia de figuras internacionales, periodistas de diferentes partes del mundo y fanáticos movilizados desde los distintos puntos del continente convierten a la Copa América en un mini Mundial. Por eso, la ciudad de La Plata se preparó de manera especial para recibir a la Selección Argentina y a los visitantes que vinieron desde afuera. En el peaje de Hudson, donde quedaba claro que los barras de Independiente iban a copar el centro de la popular argentina por la cantidad de micros estacionados que todavía esperaban a otro grupo de Hinchadas Unidas Argentinas, había voluntarios e integrantes de la Policía Bonaerense que entregan información sobre los accesos al estadio y folletos de la competencia, además de promotoras de los auspiciantes del certamen que regalaban algunos souvenirs. En la ciudad, la presencia de los voluntarios también se hacía notar: con chalecos naranjas, junto a personal de la Municipalidad de La Plata, se encargaban de controlar el tránsito, con mayor eficiencia que los semáforos. Claro que en las cercanías del estadio, las complicaciones se podían asemejar a las de cualquier domingo de fútbol en Primera...

Justo a las 20.15, cuando algunos colegas todavía pugnaban por conseguir el ticket que les permitiera acceder a la tribuna luego de varias peripecias e informaciones encontradas, la Selección Argentina arribó al estadio. Con Carlos Tevez, sonriente y con auriculares, y Marcos Rojo, local por su pasado en Estudiantes, en la primera fila del micro, los jugadores fueron bajando uno a uno, ante el griterío de los curiosos.

A esa altura, sobre el césped ya estaba todo listo para la ceremonia inaugural. Lo curioso es que justo antes del inicio, cuando todo debía quedar a oscuras para el arranque, alguien bajó un interruptor que no debía y dejó por unos instantes los periodistas sin luz... Todo se normalizó apenas unos segundos después, aunque los plasmas de la sala de prensa quedaron varios minutos buscando señal. Nada que pudiera empañar el arranque del mini Mundial de Argentina.