Domingo, 21 de agosto de 2011 | Hoy
DEPORTES › POR PRIMERA VEZ, JULIO GRONDONA TIENE UN COMPETIDOR REAL PARA SEGUIR EN SU CARGO
En menos de dos meses se viene una elección inusual en la casa del fútbol. El actual presidente debe enfrentarse a un opositor poderoso, el empresario Daniel Vila. En total, 49 representantes de los clubes votarán por la continuidad o no de Don Julio.
Por Gustavo Veiga
A 58 días de las elecciones en la AFA, Julio Grondona se prepara para volver mañana a su despacho. Lo abandonó durante dos semanas debido a que su esposa, Nélida Pariani, fue sometida a una operación quirúrgica. La compañera del veterano presidente, en el número de julio de www.arsenalnoticias.com.ar, declaró que “en el nefasto Canal 2 (América) hacen una apología de Julio como si fuese un delincuente, y ponen la cara de él y de Julito, como si fuesen los que dirigiesen el fútbol...”. Lo defendió más que cualquier integrante del Comité Ejecutivo. Daniel Vila, el empresario mediático que insiste con que lo vencerá el 18 de octubre, dijo hace un tiempo que su pareja, Pamela David, lo convenció de presentarse cuando flaqueaba su candidatura. El presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza conserva una fotografía de su novia como fondo de pantalla en el BlackBerry.
No existen antecedentes de que dos mujeres apuntalen a sus hombres de ese modo en una campaña donde se disputará la conducción de la AFA por los próximos cuatro años. No existen porque Grondona casi nunca tuvo rivales que osaran enfrentarlo. Pero el dato de color es revelador, en parte, porque en la votación se pondrán en juego el poder, las reputaciones ofendidas y las oportunidades que es capaz de generar esa industria sin chimeneas llamada fútbol. No será una elección más. Tiene el ingrediente extra de que se presentará un candidato opositor que podría superar el único voto que sacó el ex árbitro Teodoro Nitti en las presidenciales de 1991. La hegemonía de Grondona está en discusión (ése es el principal mérito de Vila), aunque después pase lo que el mundo del fútbol imagina: que ganara por paliza.
“Julio no quiere hablar con nadie de la prensa”, dice alguien cercano al presidente, inamovible en su cargo desde 1979. Ese estado de ánimo puede deberse a una estrategia de silencio autoimpuesta o a que la principal preocupación de Grondona pasa por la salud de su esposa, que ocupa un cargo formal en la AFA como presidenta de la Comisión Protocolar de Damas. Su mutismo contrasta con la conducta de Vila, quien se despachó contra su adversario político con la verborragia digna de un propagandista de la TV: “Es el final. Me recuerda a cuando Hitler estaba recluido en su bunker sobre el término de la Segunda Guerra Mundial. Sólo esperaba su derrota...”, lo comparó con el líder nazi en el diario Libre.
Lejos de pensar en La caída (el título de una película en que Bruno Ganz interpreta a Hitler), el también vicepresidente de la FIFA irá por su reelección después de cumplir 80 años el 18 de septiembre. Lo hará como ya pasó en otras siete oportunidades. Deberá convalidar su poder en el salón de Audiencias de la AFA ubicado en el tercer piso, donde sólo queda una muestra del nazismo: el cuadro con la fotografía de un ex presidente de la casa, Adrián Escobar, un confeso admirador del Führer. Por allí desfilarán los 49 asambleístas que deberán elegir entre las dos opciones lanzadas hasta ahora.
En un cuarto oscuro improvisado al lado de la plataforma donde se ubican las autoridades, esperará la vieja urna donde cada dirigente colocará su voto a medida que sea invitado a pasar. El método de la elección es rudimentario. En una mesa se colocan papeles en blanco donde los asambleístas anotan el apellido del candidato que eligieron. “Grondona” (ni siquiera ponen el nombre de pila) se repitió en 2007 por una abrumadora mayoría, aunque con dos abstenciones, las de Vélez e Independiente. Este último voto fue el que más le dolió al presidente. Crónica TV transmitió en directo los comicios supervisados por la Inspección General de Justicia (IGJ).
Como en aquella oportunidad, la AFA acaba de convocar a los presidentes o vices de los clubes que juegan en el Ascenso para que elijan a quienes los representarán en la asamblea del 18 de octubre. Ocho miembros titulares por la Primera B Nacional donde juega River, siete por la B Metropolitana, cuatro por la C y tres por la D, con sus respectivos suplentes. Son veintidós que se suman a los siete de las ligas del interior más los veinte que tiene el torneo de Primera División. En total llegan a 49, sin contar que –y como dice el estatuto– “el titular de la AFA es el presidente natural de la Asamblea, del Comité Ejecutivo y del Consejo Federal”.
El estatuto le confiere a este órgano interno un poder que en los hechos se personifica en Grondona. Dice (de la Asamblea) que es “la autoridad suprema de la AFA” y que “entre sus atribuciones más salientes se destacan: elegir a los miembros del Comité Ejecutivo y al presidente de la institución; considerar anualmente la Memoria, el Balance General, el Inventario y la Cuenta de Recursos y Gastos; autorizar la compra o venta de inmuebles y gravarlos, hipotecarlos o permutarlos; fijar el monto máximo de los créditos y/o préstamos que el Comité Ejecutivo podrá solicitar y obtener en bancos u otras instituciones de créditos oficiales o privadas, como así también el monto máximo de préstamos que el Comité Ejecutivo podrá otorgar a las instituciones afiliadas; disolver la AFA o modificar su estructura, de acuerdo con las leyes nacionales vigentes...”.
Con las cosas como están votarán apenas 49 dirigentes Vila reclama que lo hagan los 3000 clubes que hay desperdigados por todo el país y la ONG Salvemos al Fútbol, tan crítica de Grondona como del empresario, exige que ese derecho se les extienda a los socios de todas las instituciones. Una democracia directa, en otras palabras, que bien le haría a la AFA.
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