No jugó bien y se llevó un resultado exagerado, pero con su victoria 2-1 sobre San Martín de San Juan, Lanús mantiene sus ilusiones de pelear por el título, luego de su sexto éxito consecutivo que lo mantiene a tres puntos de Vélez.

Lanús venía en racha y sabía que no le servía otro resultado que la victoria para seguir en la pelea. Por eso salió a llevarse por delante a San Martín. Sin embargo, esa intención sólo se cristalizó en los primeros diez minutos, cuando Valeri pudo manejar la pelota y Pizarro lo apuntaló con su toque. Pero pasado ese lapso, San Martín hizo pie en el terreno y neutralizó el juego que proponían los volantes locales. Ese desarrollo determinó un partido monótono, con pocas ocasiones de peligro frente a los arcos y casi nada de emociones. En ese contexto, San Martín se sentía cómodo y, cada tanto, sorprendía con algún contraataque. Por el contrario, Lanús se mostraba frustrado. Claro que en el momento que menos lucidez exhibía, encontró el gol que cambió la historia. Pereyra trepó por la izquierda y buscó con un pase vertical a Valeri, que dominó ante Corti y lo eludió para definir con el arco vacío.

San Martín todavía no se había repuesto de un gol que no merecía recibir cuando sufrió otro. Castillejos se metió en el área y Alarcón apenas lo manoteó, pero para Pezzotta fue penal. Con clase, Romero picó la pelota y le dio una ventaja exagerada a Lanús, que nunca pudo justificarla. Es que San Martín nunca renunció al ataque y tuvo varias ocasiones para descontar, pero Marchesín estuvo muy seguro –le tapó un gran mano a mano a Caprari– y cuando el arquero no pudo, Pereyra salvó sobre la línea un cabezazo de Landa. Cuando llegó el descuento a través de un remate desde lejos de Alarcón, ya era demasiado tarde.