Los hinchas de Zenit San Petersburgo, el campeón del fútbol ruso, provocaron una ola de críticas tras firmar un manifiesto en el que se insta al club a no contratar jugadores negros, homosexuales o sudamericanos, pese a que su figura es el brasileño Hulk. “No somos racistas y para nosotros la ausencia de jugadores negros en el Zenit es una importante tradición, que marca la identidad del club”, señala el texto, suscripto por un sector de la hinchada conocido como “Landskrona”.

El manifiesto añade que el club “nunca estuvo mentalmente relacionado con Africa, ni Sudamérica, Australia u Oceanía”, y lamenta que “actualmente se estén imponiendo jugadores negros en el Zenit prácticamente por la fuerza”. En el escrito, los hinchas aseguran que son contrarios a la “representación de minorías sexuales que jueguen en el Zenit”, que quedó eliminado en la primera fase de la Champions League, marginado por el invicto Málaga de Manuel Pellegrini y el Milan, y ahora en la Europa League.

El propietario del equipo de San Petersburgo, el gigante energético Gazprom, reclamó tolerancia a sus seguidores y aseguró que los jugadores “se unen al club no por su nacionalidad, ni por su color de piel”. “La lucha contra cualquier forma de intolerancia es el único principio para el desarrollo del club, del fútbol y del deporte en todo el mundo”, señaló Gazprom.

Hulk llegó al club a mitad de año tras el pago de 60 millones de euros al Porto por su contratación. El salario del jugador, unos 6,5 millones de dólares anuales, ya había provocado una rebelión entre sus compañeros de vestuario rusos.

Actualmente, en el Zenit hay jugadores de Bélgica, Portugal, Bielorrusia, Italia, Eslovaquia, Dinamarca, Montenegro, Serbia, además de los de nacionalidad rusa. A los hinchas les molestan los sudamericanos, pero no, por ejemplo, la presencia de Domenico Criscito, el jugador italiano proveniente del Genoa, que fuera excluido de su selección antes de la Eurocopa, a mitad de año, vinculado con el presunto arreglo de partidos.

Los hinchas del Zenit son conocidos por estar entre los más violentos en Rusia. El club tuvo que pagar en noviembre una multa de 19 mil dólares después de que uno de sus fanáticos lanzase un petardo que hirió al arquero del Dínamo de Moscú, lo que obligó al árbitro a suspender el partido. Los grupos de barrabravas de los clubes rusos están a menudo relacionados con movimientos ultranacionalistas y racistas, y se especializan en gritar imitando a los monos en los estadios, en contra los jugadores negros.