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“El tema de la elección del papa Francisco generó cierta dispersión en el club en general. Si bien fue un hecho positivo, que permanentemente nos estuvieron llamando de todos los lugares del mundo afectaba la concentración.” El entrenador de San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi, ofreció una particular percepción de la realidad que le tocó atravesar al equipo de Boedo cuando promediaba el torneo sin jugar al nivel esperado.

“Todas las repercusiones que se produjeron la semana posterior nos expusieron mucho. Uno se sorprende con eso, porque como entrenador no está preparado para algo tan particular”, reconoció Pizzi en declaraciones radiales. El papa argentino es un reconocido hincha de San Lorenzo que no ocultó estos sentimientos cuando llegó al Vaticano y, de hecho, los expresa públicamente con asiduidad, algo que provoca la curiosidad de la prensa internacional.

“Otra circunstancia especial que vivimos en este tiempo fue la detención de Pablo Migliore. Que lo hayan venido a buscar un montón de policías al término de un partido y que después estuviera 40 días detenido es algo que también provoca un cimbronazo”, describió. “Después estuvo el asunto del alejamiento del uruguayo Luis Aguiar por razones disciplinarias, algo que también influyó en la vida del plantel”.

“Nosotros hicimos cambios rotundos en el equipo y ahora concretamos las ocasiones de gol que antes elaborábamos pero no lográbamos convertir”, explicó Pizzi, para quien el equipo “está donde se merece (a seis unidades del líder Newell’s) y va a terminar donde sus méritos lo lleven”.

“Cuando las cosas salen bien, el mundo del fútbol acepta que se hable de ofertas, pero en este momento uno no puede hacer otra cosa que pensar en el final del campeonato. Mi contrato con San Lorenzo finaliza en junio próximo”, confirmó.

“Y en ese aspecto, cuando a esta altura de la temporada se habla de incentivación, yo digo que eso es algo ilegal y por lo tanto no se debería permitir”.