Racing vive una confusa situación política luego de que el ex secretario del club Leandro Rodríguez Hevia, que decidió dejar su cargo luego de la reunión de la comisión directiva del último miércoles, acusara al vicepresidente de la entidad, Rodolfo Molina, de hacer “una especie de golpe de Estado” y de ser el “único y máximo responsable” del mal momento del club. En la reunión se decidió el alejamiento del manager deportivo Roberto Ayala, quien, según un comunicado oficial del club de Avellaneda, era hasta anteayer “uno de los principales responsables en la gestación del proyecto del fútbol profesional”. Molina se hizo cargo de manejar el fútbol de Racing.

“Considero que lo de ayer fue una especie de golpe de Estado. El vicepresidente quiere manejar el club sobre el presidente (Gastón Cogorno). Si eso no es un golpe de Estado no sé qué es”, sostuvo ayer Rodríguez Hevia, que consideró que “lo que pasa en el club es una lucha de egos. Molina destruye todo lo que el otro (Cogorno) quiere construir y éste, a su vez, acata las decisiones”.

Rodríguez Hevia detalló las conversaciones que se dieron en la asamblea y sostuvo: “Molina tuvo una actitud autoritaria. Planteó que se hace lo que él dice y que quiere tomar todas las decisiones del club”, y añadió: “Además de haber dicho eso, nos dijo a los presentes que, de no cumplir con lo que él quiere, que nos atengamos a las consecuencias”.

El ex secretario, que trabajó en el club de Avellaneda en los últimos 25 años, dijo haber presentado la renuncia por sentirse una “piedra en el zapato”, y que con su salida buscó llevar paz al club. “Vengo planteando diferencias con Molina desde hace tiempo y con Cogorno, por no accionar en esta interna que se lleva a cabo en el club. Lo que no entienden es que Racing está por encima de ellos dos y de todos”, explicó.

Rodolfo Molina, primer presidente de Racing tras el gerenciamiento y la intervención del club, fue el promotor de Cogorno como candidato a sucederlo, pero con el tiempo se formó una interna que este año se cobró las renuncias en la CD del sacerdote Juan Gabriel Arias y del titular de la sede de Villa del Parque, Rubén Guevara, donde este año fue encontrado muerto el periodista partidario Nicolás Pacheco.

Mientras que Arias buscó sin éxito despejar la interna y acercar posiciones, Guevara fue sostenido por Cogorno hasta el momento de su renuncia. Así, el presidente sumó otra pérdida en la CD con la renuncia de Rodríguez Heiva, mientras que sólo el secretario general Devia quedó de su lado dentro de la mesa chica.

Junto a su influyente vice segundo Víctor Blanco, Molina ganó posicionamiento con la salida de Ayala, quien ya había declarado que, en caso de que le solicitaran su renuncia, daría un paso al costado. Ayala era el máximo responsable de las últimas incorporaciones del equipo, último con dos empates y cinco derrotas, y de la contratación de los técnicos Luis Zubeldía, al que echaron 40 días después de renovarle el contrato, y del actual, Carlos Ischia, que sólo lleva dos partidos.

Luego de la larga asamblea del miércoles, el club emitió un comunicado oficial en el que anunció que la decisión de terminar el contrato de Ayala fue “exclusivamente deportiva”. Así, se intentó separar el alejamiento del manager como gestor del equipo, de la interna entre Molina y Cogorno, a pesar de que desde el sector molinista ya habían avisado que, si los resultados no eran buenos, Ayala se iría junto con el nuevo técnico.