DEPORTES › OBAMA DEFENDIO EL MANDATO DE SU GOBIERNO PARA DEFINIR LAS PRIORIDADES PRESUPUESTARIAS TRAS EL ACUERDO BIPARTIDARIO

“Si no les gusta, argumenten y ganen la elección”

El mandatario dijo que la disputa que paralizó al gobierno y dejó al país al borde del default minó la confianza de los norteamericanos en los dirigentes.

El presidente estadounidense habló ayer en la Casa Blanca de la reapertura del gobierno. Advirtió acerca de la frustración y el hartazgo social.
Imagen: AFP.

El presidente de Estados Unidos manifestó ayer que la disputa que paralizó al gobierno y dejó al país al borde del default minó la confianza en los dirigentes. Barack Obama también advirtió que los norteamericanos están hartos de los políticos de Washington. “Las últimas semanas causaron un daño completamente innecesario a nuestra economía”, dijo el mandatario en la Casa Blanca horas después de promulgar una ley aprobada –a última hora– por el Congreso para sacar al país del inminente riesgo de default y disponer nuevos recursos para reactivar la administración federal. “Acá no hay ganadores tras la disputa política de 16 días entre la Casa Blanca y los republicanos por el presupuesto y la deuda”, insistió el demócrata Obama, subrayando los informes de analistas de mercado acerca del impacto negativo sobre la economía nacional que tuvo la impasse iniciada a principios de octubre.

La ley aprobada antenoche, acordada por demócratas y republicanos del Senado, eleva el límite de la deuda a corto plazo, hasta el 7 de febrero, provee de un presupuesto al gobierno hasta mediados de enero y contempla la formación de un comité bipartidista para lograr un acuerdo de presupuesto a largo plazo. Obama agradeció a los republicanos responsables que se unieron a los demócratas para finalizar la crisis y que tomaron distancia del pequeño grupo más radical de la oposición, el del Tea Party, que retrasó el acuerdo negándose a ceder en las exigencias enfocadas a dificultar la puesta en marcha de la reforma en los planes de salud.

“Los estadounidenses están hartos de Washington, están frustrados”, advirtió Obama, en sus primeras declaraciones públicas luego del salvador acuerdo alcanzado después de que el país se mantuviera en vilo las últimas semanas ante la posibilidad de una nueva e inminente crisis económica por falta de acuerdo político. El líder de la Casa Blanca dijo que el Congreso sólo mejorará la mala imagen pública que le valieron las disputas improductivas y los 16 días de cierre del gobierno, si pone ahora el foco en tres prioridades: el presupuesto, reformar el sistema migratorio y aprobar un proyecto de ley agrícola.

“En los próximos días y semanas deberíamos sentarnos y buscar un enfoque equilibrado a un presupuesto responsable”, sugirió Obama y agregó que, además, “deberíamos terminar el trabajo de arreglar nuestro descalabrado sistema de inmigración” ya que “la gran mayoría de los estadounidenses creen que esto es lo correcto”. En sus casi 20 minutos de intervención, el mandatario dedicó gran parte de sus palabras a fustigar al reducido grupo de congresistas que militan en el movimiento ultraconservador Tea Party que, desde su génesis, se opone a casi todas las medidas adoptadas por el líder demócrata.

“A todos mis amigos en el Congreso (les digo): entiendan que la forma en que se hacen negocios en esta ciudad tiene que cambiar”, aseguró Obama. “Si no les gusta una política o un presidente en particular, entonces argumenten a favor de su posición y ganen una elección”, lanzó, en tono desafiante. También agradeció a los cerca de 800.000 empleados públicos que sufrieron involuntariamente las consecuencias del cierre de la administración por falta de presupuesto y que debieron permanecer en sus casas con una licencia forzosa sin goce de sueldo hasta ayer, cuando pudieron retomar sus tareas.

Ahora, la prioridad de la Casa Blanca es conseguir, antes de que se cumplan los plazos, un acuerdo fiscal y presupuestario a largo plazo, que se ha resistido pese a las amenazas de crisis o a los recortes automáticos y arbitrarios que comenzaron en marzo. Obama consideró que no debería haber problemas para aprobar una estrategia que permita aumentar los ingresos eliminando lagunas en la tributación de grandes empresas y abordar recortes sin afectar programas sociales, educación o investigación científica.

“Hay mucho ruido ahí afuera y la presión de los extremos afecta a cómo los miembros del Congreso ven en el día a día el trabajo que se supone debemos hacer”, recordó el mandatario norteamericano, en otro dardo lanzado hacia las huestes del beligerante Tea Party. “No deberíamos enfrentarnos a este proceso de crear un nuevo presupuesto como si fuera un ejercicio ideológico, recortando por recortar”, sostuvo.

Mientras todo indica que se prepara la nueva batalla política sobre el presupuesto, cientos de miles de funcionarios suspendidos de sus empleos regresaron a reabrir agencias, Parques Nacionales o museos y reanudar proyectos científicos, la elaboración de estadísticas económicas o atender teléfonos de una administración ausente durante más de dos semanas. Joe Biden cambió su agenda y realizó una visita sorpresa a las oficinas de la Agencia de Protección Ambiental. Con magdalenas en sus manos para convidar a los recién llegados y repartiendo abrazos y apretones de manos, el vicepresidente señaló que lo ocurrido fue innecesario y que espera recuperar la confianza del pueblo estadounidense.

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