Desde Melbourne

“¿No es peligroso?” Juan Martín Del Potro miraba hacia las alturas con temor. Era el final de la tarde y el cielo se caía sobre Melbourne, con una tormenta eléctrica impactante. Los rayos eran peligrosos, sí, y Del Potro tenía bien presente la muerte de cuatro personas en una playa argentina la semana pasada por el impacto de un rayo. Pero el peligro era otro, era doble, y no estaba en los rayos. Por un lado, él mismo, sus inconsistencias en uno de los torneos más importantes de su temporada. Por el otro, y sobre todo, Roberto Bautista Agut, el español que desde el número 62º del mundo lo barrió a palazos en la segunda ronda del Abierto de Australia por 4-6, 6-3, 5-7, 6-4 y 7-5.

Del Potro fue víctima de su rival y de sí mismo, una derrota cerrada a la 1.20 de la madrugada de Australia tras un día infernal de 44 grados en el que el tenis se semiparalizó. Número cinco del mundo, el argentino comenzaba la temporada con el objetivo de cumplir buenas actuaciones en los torneos grandes y no repetir tropiezos como el de 2013 en Australia, cuando se fue en tercera ronda. En ese sentido, peor no podía empezar. Triste, pero sereno, buscó un ángulo positivo a lo sucedido. “Tengo un título ya ganado, que aunque sea un 250 nunca es fácil”, recordó el argentino, campeón en Sydney la semana pasada.

“Tengo torneos por delante en los que no defiendo muchos puntos. Ya me pasó el año pasado, que la primera parte de la temporada no fue tan buena y después en tres o cuatro meses hice lo que no pude hacer en todo el año y quizás en toda mi carrera. La temporada acaba de empezar y vamos a tratar de ser positivos”, insistió Del Potro, quien mencionó varias veces que las canchas en Australia están este año mucho más veloces que en temporadas anteriores. “Y eso beneficiaba su juego (el de Bautista Agut). La pelota no pica mucho y él tiraba todo a las líneas. No sé qué sensación tendrá él, pero me pareció que jugó un gran partido. Cada vez que tenía la posibilidad de acercarme, él hacía puntos espectaculares sobre la línea. Al principio parecía suerte, pero cuando lo hacés durante cuatro horas, no lo es.”

“Y a mí me faltó esa suerte que se necesita en los momentos importantes”, añadió el campeón del US Open 2009, al que hombres como Novak Djokovic o Carlos Moyá ven como potencial número uno.

Sin suerte y casi sin raquetas –sólo le quedan dos de su modelo preferido–, fue todo un jueves de frustraciones para Del Potro: “Como raquetas no puedo romper, pateaba el bolso”.